
Policiales Justicia
Leonardo Cositorto fue condenado a 11 años de prisión por estafa y asociación ilícita
El tribunal ordenó su inmediata detención y traslado a la unidad carcelaria local.
El tribunal ordenó su inmediata detención y traslado a la unidad carcelaria local.
La autopsia reveló que la Juliana Marins murió por fracturas en el tórax y la espalda tras caer 300 metros. Su familia denuncia negligencia en el rescate.
El hecho se produjo en un momento de descuido, mientras el menor se encontraba en la vivienda junto a sus padres.
Los testigos relataron que conocieron a Cositorto a través de redes sociales, charlas en hoteles y reuniones privadas, donde se ofrecían cursos de coaching, negocios en criptomonedas y promesas de ganancias fijas aseguradas.
El fallo, emitido por el Tribunal Oral Federal, también ordenó una indemnización de cuatro millones de pesos a favor de la víctima.
A días de que termine el juicio, la imputada insistió en su inocencia y criticó el trato que recibió en el juicio.
Las versiones en el barrio son múltiples. Algunos creen que podría tratarse de un mensaje amenazante: “Podría ser un mensaje en contra de alguien”, dijo un vecino al diario local El Tribuno. Otros apuntan a una broma de mal gusto o a un posible robo a una funeraria o carpintería.
“Prefería que me maten antes de que Thiago hubiese muerto”, expresó conmovido ante el fiscal Diego Rulli, de la Fiscalía de Homicidios de La Matanza.
El pequeño falleció tras recibir un disparo en la cabeza durante un tiroteo entre tres delincuentes y un efectivo policial en el barrio Almafuerte.
El episodio tuvo lugar en la tarde-noche del miércoles, y tras el fallecimiento, el personal policial dio aviso al juez Alberto Carrizo, quien ordenó la intervención inmediata del Juzgado de Instrucción N.º 1.
La tragedia tiene como principal señalado a Fernando Dellarciprete, quien habría asesinado a su pareja, Rocío Villarreal, y a sus dos hijos, Tiziano, de 8 años, y Francesco, de 4. Luego se quitó la vida en un paraje rural cercano.
Según informó el Ministerio Público Fiscal, el menor, identificado como Eduardo Valentino Caleb Malagueño, fue visto por última vez en las últimas horas en el barrio Comercial de la ciudad capital.
La herida fue mortal y el joven murió en el acto. El agresor, cuya identidad no trascendió, se retiró del lugar como si nada hubiera ocurrido y se entregó horas después en una comisaría, según detallaron medios locales.
El agresor, empleado de la Cooperativa Eléctrica de Plottier, la mantuvo encerrada bajo amenazas, agresiones físicas y sedación con psicofármacos.
Durante el control, los efectivos advirtieron irregularidades en el peso y la estructura de dos matafuegos que transportaba uno de los pasajeros. Estas anomalías motivaron el uso de un can antinarcóticos, cuya reacción fue positiva.
La medida fue firmada por el fiscal federal de Goya, Enrique Mariano De Guzmán, junto a los fiscales de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), Marcelo Colombo y Alejandra Mangano, según confirmaron fuentes judiciales a la Agencia Noticias Argentinas.
Pierri denunció que el proceso judicial está completamente viciado y advirtió que, ante la gravedad de los hechos, todo lo actuado hasta el momento quedará anulado, volviendo a la etapa preliminar del juicio iniciada en marzo de 2024.
Según informó la Policía, la víctima fue identificada como Olga Pintos, quien falleció tras un paro cardíaco en su vivienda. Su hijo, Miguel Ángel Biancucci, explicó que la situación crítica que vivieron en el domicilio derivó en el desenlace fatal
El crimen ocurrió en la madrugada del 17 de enero de 2024.
En diálogo con medios locales, Roland Russell expresó su profunda conmoción: “Era una familia normal, sonreían todo el tiempo. Nunca les vi ningún problema, los vi siempre felices”, aseguró.
Según confirmaron fuentes judiciales, las medidas fueron ordenadas en el marco de una investigación que apunta a dilucidar si existe una filmación irregular del proceso judicial en curso y quiénes estarían detrás de su producción.
Según la denuncia presentada por Tara Williams, madre del pequeño, un empleado de la guardería habría utilizado sus extremidades inferiores para ejercer peso y presión sobre el pecho y/o abdomen del niño, con el objetivo de que se durmiera.
La mujer habría dejado escritas llamativas frases. Los antecedentes psiquiátricos y el celular de ella, las claves de la investigación.
El análisis del dispositivo es clave para reconstruir los últimos movimientos y pensamientos de Leguizamón.
El violento episodio ocurrió en el domicilio que ambos compartían. Según informaron fuentes policiales, el agresor, un joven de 22 años, utilizó su arma reglamentaria, una pistola Bersa TPR calibre 9 milímetros, y efectuó el disparo que impactó en la cabeza de la víctima.