Las jóvenes fueron secuestradas, torturadas y asesinadas en Florencio Varela. La Justicia apunta a un ajuste de cuentas y busca al cabecilla peruano apodado "Pequeño J". Cambiaron al fiscal y este viernes serán los entierros.
La conmoción sacude al país tras el hallazgo de los cuerpos de Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (21) y Lara Morena Gutiérrez (15). Las tres fueron vistas por última vez el viernes por la noche, cuando subieron a una Chevrolet Tracker blanca en La Matanza; el vehículo apareció incendiado el miércoles, cerca de la casa donde luego se encontraron los cuerpos enterrados.
Según la investigación, las víctimas fueron torturadas durante tres horas, violadas y asesinadas la madrugada del sábado en una vivienda de Chañar y Jachal (Florencio Varela). El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, indicó que los crímenes se transmitieron en vivo por Instagram en un grupo cerrado: 45 personas vieron el "disciplinamiento". "Esto le pasa al que me roba droga", habría dicho el autor material durante el vivo.
Las autopsias confirmaron extrema violencia: a Lara (15) le amputaron los cinco dedos de la mano izquierda e intentaron calcinar el cuerpo; Brenda (20) presentó fractura de cráneo y cortes; Morena (21) sufrió asfixia con bolsa y luxación cervical.
Por el caso hay cuatro detenidos (dos parejas, una argentina y otra peruana), imputados por homicidio calificado con agravantes de alevosía, ensañamiento, concurso premeditado y violencia de género; dos afrontan además encubrimiento agravado. La Justicia cree que la orden partió de un narco peruano (23 años), alias "Julito" o "Pequeño J", hoy prófugo.