El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, advirtió de la necesidad de controlar el embargo de armas en Libia, antes de reunirse con los cancilleres de la UE para decidir cómo apoyar acuerdos alcanzados en Berlín.
"El embargo de armas requiere un control de alto nivel y si se quiere mantener el cese de las hostilidades alguien tiene que vigilarlo. La ONU, la Unión Africana, la UE, alguien tiene que hacerlo, ¿no?", dijo Borrell este lunes (20.01.2020) en Bruselas.
Las potencias involucradas en el conflicto libio prometieron este domingo respetar un embargo de armas de Naciones Unidas y evitar intervenir en los asuntos internos de ese país sumido en la guerra y reclamaron una tregua permanente.
El alcance de los acuerdos de la Conferencia de Berlín, en la que participaron Rusia, Turquía, Francia, Alemania, el Reino Unido y la ONU, entre otros, es incierto por la negativa de los dos rivales directos -Fayez al Sarraj y Jalifa Haftar- a reunirse.
Varios líderes, incluidos los jefes de gobierno italianos y británicos, dijeron que estaban abiertos al envío de una misión internacional para ayudar a garantizar un alto el fuego, una vez que haya sido aprobado por ambos bandos.
"Si se despliega una misión de paz, estoy convencido de que la UE y los países de la UE no mirarán en otra dirección. Pero no estamos todavía ahí", aseguró el ministro de Exteriores luxemburgués, Jean Asselborn.
Otra de las opciones planteadas es "revivir" la operación naval Sophia frente a las costas de Libia que, desde 2019 opera sobre todo con medios aéreos, por el veto del anterior gobierno italiano al uso de barcos.
"Tenemos que reconstruir Sophia", dijo el jefe de la diplomacia alemán, Heiko Maas. "Estoy seguro de que en el futuro Sophia podría también desempeñar un papel", dijo su homólogo finlandés, Pekka Haavisto.
La misión, que nació en 2015 con el objetivo de luchar contra los traficantes de migrantes tras un tráfico naufragio, detuvo a unos 150, pero también rescató a 45.000 personas.
Al filo de los años, los europeos agregaron nuevas funciones a esta misión, que también forma a los guardacostas libios y controla la aplicación del embargo de armas impuestos por la ONU a Libia y el tráfico ilegal de petróleo.