"Los invito a unirse a mi oración por los refugiados que se encuentran en los centros de detención en Libia, cuya situación, ya muy grave, se volvió más peligrosa desde el conflicto en curso"; planteó el pontífice al pronunciar frente a la Plaza San Pedro el Regina Coeli, que reemplaza el rezo del Angelus desde el domingo de Pascua hasta el día de Pentecostés.

La referencia del pontífice ocurre en momentos en los que la capital libia se encuentra bajo una feroz ofensiva lanzada por el mariscal Jalifa Hafter que se inició a principios mes y que, según organismos internacionales, causó centenares de muertos y heridos.
"Hago un llamado para que especialmente las mujeres, los niños y los enfermos puedan ser evacuados lo más rápido posible a través de corredores humanitarios", reclamó Jorge Bergoglio.
La crisis en el país africano, principal punto de partida de inmigrantes que buscan llegar a Europa, se reactivó el 2 de abril cuando el mariscal Hafter, ex miembro de la cúpula militar que en 1969 llevó al poder a Muammar Kaddafi, lanzó una ofensiva militar para ocupar Trípoli, un movimiento que mereció el rechazo de la comunidad internacional.
El pedido del Papa se da mientras que el gobierno italiano, a través de su ministro del Interior y vicepremier Matteo Salvini, se jactó esta semana de haber devuelto miles de personas a sus países de origen pese a las condiciones que deben afrontar al regresar.