Lo confirmó la fiscal a Clarín. Magdalena Leguizamón falleció el martes por un paro cardiorespiratorio.
Hace menos de dos semanas, a Magdalena Leguizamón, la mujer de 67 años a la que le cortaron la pierna equivocada en el Nuevo Sanatorio Berazategui, le practicaron una angioplastía en la pierna que en realidad debían amputarle. El diagnóstico de los médicos fue alentador. "El doctor nos dijo que mamá tiene muchas chances de quedarse con la pierna", había dicho Mayra Fernandez a Clarín el 25 de julio.
Así se afianzaba lo que sospechaba la familia desde un principio: que la amputación inicial, en la pierna izquierda, era un mal diagnóstico.
Pero esta semana, Magdalena murió. Desde el Sanatorio Güemes, donde la mujer falleció el martes a las 22.30, explicaron a este diario que como el deceso fue durante la guardia nocturna, los médicos que la atendieron no estaban presentes esta mañana para dar el parte médico, por lo que no está claro el cuadro que llevó a su paro cardiorespiratorio. Leguizamón era diabética, y su salud estaba muy deteriorada por la enfermedad.
Karina Santolini, la fiscal de la UFI 7 de Berazategui, confirmó a Clarín que ordenó que se realice la autopsia para determinar si su muerte fue derivada de la amputación errónea de su pierna derecha. "En ese caso, el delito por el que fueron imputados Mariano Rico Nuñez y Gonzalo Cardoso, el cirujano vascular y el traumatólogo, cambiaría de lesiones culposas a homicidio culposo", aseguró.
El Nuevo Sanatorio Berazategui, donde amputaron a Magdalena. (Andrés D"Elía)
Si bien la autopsia se realizará este miércoles, los resultados del informe por parte del perito estarán en 10 días. A su vez, Santolini aclaró que "también se analizarán las vísceras que enviaremos al laboratorio de La Plata. En otras causas nos dieron turno para 2020, así que también habrá demora".
La clave es que la salud de la mujer desmejoró luego de haber sido amputada. Los últimos días de Magdalena, de hecho, fueron en terapia intensiva.
Leguizamón tenía diabetes desde "toda la vida" y hacía 10 años que por esta enfermedad había perdido la vista. También hacía dos años que asistía tres veces por semana a sesiones de diálisis en la Clínica Ceni de Quilmes. A ese centro de salud había sido trasladada luego de la amputación, y allí permaneció internada hasta la mañana del mismo día de su muerte, cuando se decidió su derivación al Güemes, un sanatorio de mayor complejidad.
Además de su diabetes severa, la jubilada -que era de Ezpeleta y siempre trabajó limpiando casas- era hipertensa. Pero sus hijas, Mayra y Claudia, y su nieta, Camila, siempre se ocuparon de que estuviese bajo tratamiento médico. En rigor, tanto Mayra como Camila tienen trabajos relacionados a la salud y conocen bien cómo realizar los trámites para las aprobaciones de estudios, internaciones y reintegros. Por eso comprendían que su caso requería atención permanente. Los cuidados de una familia muy presente permitían que la mujer hasta viviese sola.
Magdalena estaba afiliada al PAMI, obra social que derivaba a los jubilados al Nuevo Sanatorio Berazategui y decidió dejar de hacerlo cuando su caso tomó notoriedad pública. Esa clínica se mantiene firme en su silencio absoluto. No contestaron a Clarín este martes, cuando frente a sus puertas estaban reunidos familiares de ex pacientes que denunciaban más casos de mala praxis. La abogada Paola Stekloff reúne once causas y ya judicializó tres, pero no representa a la familia Leguizamón.
Protesta frente a la clínica de Berazategui, el martes. (Luciano Thieberger)
Un día antes de la muerte de Magdalena, Mayra había dicho a Clarín que los trámites legales por la mala praxis aún no habían comenzado. La causa fue iniciada de oficio por la fiscalía, luego de la denuncia que su hija había realizado en la Comisaría 1° de Berazategui. "Ahora estoy con la salud de mi mamá, que está empeorando", dijo a este diario para explicar por qué todavía no tenían un abogado que las representara. Su madre moriría a las pocas horas.
"Del sanatorio de Berazategui siguen jugando a las escondidas. Nadie nos responde. Siguen sin dar la cara. Pero van a pagar por lo que hicieron", dijo Claudia, otra de las hijas de Magdalena.