Es el artífice de una idea excéntrica, pero que este año será puesta a prueba en Rusia. Debutará en 2020 si consigue inversores y convence a la comunidad científica. “Llevaremos el entretenimiento a donde nunca estuvo antes", asegura.
Por Uriel Bederman
Su agencia no es espacial, sino creativa. A pesar de eso, el publicista Vladimir Sitnikov trabaja en un proyecto que implica lanzar satélites a 450 kilómetros de la superficie terrestre. Eso sí: su objetivo no es estudiar el espacio o encontrar vida en otros planetas, sino convertir el cielo en un nuevo soporte publicitario.
“Estamos creando un nuevo medio de comunicación. Esto no es fantasía, es una realidad”, asegura Sitnikov en diálogo con TN Tecno y anticipa que este mismo año probarán su sistema. “El proyecto ya pasó la etapa de validación científica, y esta primavera (la del hemisferio norte) testearemos nuestra tecnología en la estratósfera”, dice.
Tal como contamos acá, la innovación de la empresa StartRocket funciona gracias a una serie de satélites pequeños denominados CubeStats, que en conjunto proyectan imágenes que serán visibles desde la Tierra, tanto en cielos diurnos como nocturnos. El foco está puesto en las publicidades, aunque la idea va un tanto más allá.
- No se puede ocultar que tu idea es alocada… ¿Cómo nació? ¿Tuviste alguna inspiración en particular?
- Para comenzar, no pertenezco en absoluto a la industria espacial, soy un publicista. Siempre me interesaron las ideas nuevas, y fue una gran inspiración para mí el proyecto RocketLab. A principios del año pasado, estos muchachos tuvieron la insolencia de lanzar una bola de boliche al espacio exterior. Eso me activo: ¿y si invento un nuevo medio, el primer medio de comunicación en la órbita?
Hace millones de años la humanidad comenzó a observar el cielo. Pero las nuevas eras piden nuevos dioses. Hoy ya no nos gobiernan las antiguas deidades griegas, sino las marcas y los grandes eventos. En un tiempo la humanidad llevará su cultura al espacio, y esto es un verdadero desafío para mí.
- ¿Cuándo se convertirá tu idea es una realidad?
- Tenemos que pasar las diversas etapas del desarrollo antes de lanzarlo en 2020. En primer lugar, estamos buscando inversores. Tuvimos muchos interesados potenciales, pero en su mayoría privados. El objetivo son las grandes empresas que entienden que nuestro proyecto no se trata sólo de publicidad, sino también desarrollar la industria del entretenimiento donde nunca estuvo, en el espacio exterior.
La humanidad comenzó a entregar su cultura al espacio. Es el futuro más cercano, y no necesitamos convencer a nuestros inversionistas sobre esto. Estamos seguros de que nuestro proyecto será una realidad, porque ya tenemos la tecnología probada. El cielo se convertirá en un soporte súper visible, con una grandísima audiencia.
- ¿Qué otros mensajes mostrará este sistema?
- Queremos desarrollar más que publicidad en el espacio, también el entretenimiento en el sentido más amplio.
- Sabemos que tu proyecto recibió críticas y varias opiniones negativas.
- Sí. Se trata principalmente de críticos que no quieren interrupciones en el trabajo científico. Pero siempre aclaramos que el tiempo de funcionamiento de nuestra “pantalla” será breve: los mensajes serán visibles solamente durante seis minutos.
Además, los anuncios o mensajes se ubicarán sobre territorios densamente poblados, precisamente porque necesitamos tener grandes audiencias. Las observaciones astronómicas no se verán afectadas porque se realizan en parques nacionales y otros lugares sin tanta gente.
Creo que siempre habrá voces críticas; los que ahora odian esta idea siempre la odiarán. Pero si lo pensás un poco, al principio nadie amaba los anuncios en la televisión.
¿Estamos frente a un proyecto solamente excéntrico?, ¿o pronto el cielo se convertirá en una nueva pantalla? Lo cierto es que Sitnikov probará en unos pocos meses el alcance de su iniciativa espacial-creativa en algún sitio al sur de Rusia. “Haremos un lanzamiento a unos 40 kilómetros de la Tierra para comprobar cómo se ven los píxeles en el cielo”, comenta un hombre que no trabajó en soledad. En el proyecto está involucrado el Instituto de Ciencia y Tecnología SkolTech de Moscú.