Científicos de la Universidad de Búfalo en Nueva York han realizado un estudio que podría dar paso a nuevos desarrollos
El experimento llevado a cabo en Nueva York busca desarrollar Inteligencia Artificial que permita controlar flotas de robots militares autónomos en caso de emergencia o en situación de guerra, y fue financiado con 316 mil USD por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa, adscrita al Pentágono.
Esta inteligencia artificial avanzada debe ser capaz de coordinar los movimiento de 250 robots autónomos simultáneamente, mismos que estarán en acción tanto en aire como en tierra, y la idea es que puedan desplazarse por terrenos que les resulten desconocidos y en situaciones fuera de control.
El uso de esta inteligencia artificial está basada en los enjambres y su modo de operar, situación que está presente en la naturaleza, y permite a los agentes simples interactuar entre ellos y con distintos lugares, pero siempre llevando un orden, y creando una actividad colectiva.
El experimento estudió las ondas cerebrales de 25 personas, y lo interesante fue que las ondas fueron medidas mientras los sujetos reaccionaban a un videojuego, y al estudiar las ondas se ahorró mucho tiempo de programación para cada robot. El experimento para desarrollar la inteligencia artificial avanzada implicó la interacción de los 25 sujetos en 6 o 7 juegos con una duración oscilante entre 5 y 10 minutos, cada uno con distintas complejidades y configuraciones.
Estos juegos son de estrategia consistentes en la toma de decisiones para la utilización de recursos para la constitución de unidades y vencer a los contrincantes, es decir, son similares a los populares juegos StarCraft, Stellaris y Company of Heroes.
Los experimentos para medir las ondas cerebrales darán por resultado encefalogramas y algoritmos para nutrir la programación de los robots dando paso al desarrollo de la inteligencia artificial, pero también mediaran los movimientos oculares de los jugadores durante todo el tiempo de los juegos con cámaras de alta velocidad.
Esos algoritmos sacados de las ondas cerebrales y que nutrirán la programación de los robots, serán parte de la inteligencia artificial que guiará al colectivo, sin embargo esto será un emulador de las decisiones tomadas, sino más bien, será el desarrollo de una lógica que provoque las reacciones.