Los fabricantes de chicles llevan años prometiendo el sabor definitivo de larga duración, pero los resultados siempre son decepcionantes. Claro que les interesa que rápidamente empecemos otro paquete, por eso no les hará mucha gracia conocer una de las últimas innovaciones que llegan desde Japón: el chicle infinito de sabor eterno.
El bautizado como “chicle eléctrico ilimitado” se ha presentado recientemente en el Simposio ACM sobre Software y Tecnología de Interfaz de Usuario celebrado en Berlín, generando gran expectación sin duda porque nos recuerda a fantasías infantiles como el mundo de Willy Wonka. Sin embargo, por desgracia el chicle eterno aún tiene mucho camino que recorrer, pues por el momento solo es capaz de hacer sentir un sabor amargo y salado.
Los investigadores de la Universidad de Meiji han basado su proyecto en la piezoelectricidad, un fenómeno mediante el cual determinados materiales generan una carga eléctrica al aplicarse tensión mecánica. El “chicle”, formado por electrodos y plástico, genera pequeñas corrientes eléctricas al masticarse. Esa ligera carga es la que actúa sobre la lengua, en teoría imitando las condiciones que producen la sensación de los sabores que percibimos.
Es quizá el primer paso hacia un futuro en el que podamos disfrutar de nuestros sabores favoritos totalmente a voluntad, independientemente de lo que estemos comiendo. Los científicos esperan poder generar sabores más agradables, como incluyendo sensaciones dulces, agrias y también umami. Habrá que esperar para conocer las posibles aplicaciones prácticas que puede abrir esta tecnología en el futuro.