La superficie sobre la que se apoye el teléfono durante la carga debe ser de un material al que no le afecte el calor que se desprende de la batería.
Que levante la mano quien no ponga su teléfono móvil a cargar cuando se va a dormir cada noche. Si preguntas en tu grupo de amigos, conocidos o familiares, la gran mayoría de las personas lo hacen así día tras día, para que cuando se despierten al día siguiente la batería del aparato esté completamente cargada. Pero ahora sabemos que no es una buena idea.
Paul Shaw, jefe de investigación de incendios en Staffordshire, en Inglaterra, explica a The Guardian que “no se deben meter los teléfonos debajo de las almohadas ni cargarlos sobre la ropa de cama por lo que se llama ‘fuga térmica en la batería’. El dispositivo se calienta a sí mismo. Sigue y sigue. Una superficie de trabajo o una mesa de madera están bien, porque la batería no producirá suficiente calor, pero algo inflamable puede provocar un incendio".
Shaw recomienda usar siempre el cargador que viene con el teléfono, pero Phil Buckle, director ejecutivo de la ONG Electrical Safety First, va más allá y aconseja no cargar los dispositivos durante la noche: "Cuando te acuestes, apaga todo”. Es la mejor forma de asegurarnos que no habrá un problema con el calor que desprenden las baterías.