Es sabido que acunar a un bebé lo ayuda a tener un mejor sueño, pero investigadores de la Universidad de Ginebra afirman que también sería beneficioso para los más grandes.
Sabemos que acunar a un bebé lo ayuda a dormir mejor. Y cualquier persona que se haya quedado dormida en una hamaca reconoce que puede ser una sensación de lo más placentera.
Ahora, un nuevo estudio sugiere que un suave balanceo durante la noche podría mejorar considerablemente el sueño de los adultos.
Los investigadores de la Universidad de Ginebra quisieron averiguar si una cama que se mece como una cuna podría ayudar a los adultos a dormir mejor y por más tiempo.
Para comprobar esta hipótesis el equipo de investigadores construyó una cama especial que se mueve suavemente.
Los voluntarios, 18 jóvenes adultos, pasaron tres noches en un laboratorio del sueño en Ginebra: la primera para acostumbrarse al nuevo ambiente, la segunda en la cama mecedora y la tercera sin mecerse.
Los investigadores registraron sus ondas cerebrales y descubrieron que el periodo de sueño profundo era más largo en la cama mecedora.
Además, los participantes se durmieron más rápido y se despertaron menos durante la noche.
Laurence Bayer, autora principal del estudio, señala que el movimiento de balanceo era lo suficientemente lento como para no causar náuseas.
"Una hamaca probablemente no sería tan eficiente, aunque para muchas personas sea una sensación muy relajante", dijo la investigadora.
La neurocientífica Sophie Schwartz, quien también participó del estudio, afirma que esta investigación también explica por qué la gente se queda dormida en trenes y otros vehículos.
Además de dormir mejor, mecerte mientras duermes también podría mejorar tu memoria.
Los investigadores descubrieron que los voluntarios del estudio tenían un mejor recuerdo de lo que habían aprendido la noche anterior si dormían en la cama mecedora.
El equipo de la Universidad de Ginebra pidió a los participantes que memorizasen pares de palabras al azar y que intentasen recordarlas en la mañana.
La memoria de los voluntarios era mucho mejor tras una noche en movimiento que tras dormir en una cama normal.
Los investigadores sospechan que estos movimientos externos rítmicos podrían estimular nuestro sistema vestibular, el sistema sensorial que se contribuye al sentido del equilibrio y la orientación espacial.
Para probar esta hipótesis analizaron ratones que carecen de este sistema vestibular. Y en efecto, estos ratones no experimentaron ninguno de los efectos beneficiosos del balanceo mientras dormían.
Aunque no parece que las camas mecedoras vayan a estar en venta en un futuro cercano, los resultados de esta investigación podrían ser útiles para las personas que padecen problemas de sueño.
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