Los sueños extraños le ocurren a muchas personas, aquí hay una explicación
Si te ha tocado despertar en la madrugada o por la mañana, con una sensación extraña porque tuviste sueños muy raros durante la noche, debes saber que este fenómeno le ocurre a mucha gente más.
Y es que ahora, las personas han prestado mucha más atención en aquellos sueños vívidos y muy específicos, como por ejemplo comenta Claire Arkin, una trabajadora sin fines de lucro en Berkeley, Cali, que ha soñado con envolverse en papel higiénico o simplemente despierta angustiada porque en sus sueños las personas no mantienen una distancia considerable entre ellos.
Una reciente "encuesta de sueños" realizada por Deirdre Leigh Barrett, profesora asistente de psicología en la Escuela de Medicina de Harvard, parece confirmar que la frecuencia de sueños vívidos ha aumentado a medida que el virus se ha extendido por todo el mundo. Y es que los sueños son fugitivos; su análisis se basa en información incompleta.
El sueño tiene lugar en ráfagas cortas aproximadamente cada 90 minutos durante el sueño REM, una etapa de descanso caracterizada por movimientos rápidos de los ojos. Los periodos REM se alargan en el transcurso de una noche de sueño y aumentan en la llamada "densidad REM", lo que refleja mayores niveles de actividad en el cerebro dormido. Por lo tanto, una persona que duerme más tiene más probabilidades de tener períodos de sueño más largos y más vibrantes.
¿Pero por qué se presentan estos sueños? La actual crisis de coronavirus ha provocado una gran cantidad de estrés y ansiedad para millones de personas. La investigación ha demostrado que el aumento de la ansiedad durante el día, puede conducir a sueños más negativos durante la noche.
Incluso hay estudios que demuestran que eventos como el 11 de septiembre cambiaron la forma en que las personas soñaron durante un tiempo, lo que hizo que sus sueños fueran más intensos y memorables en los días posteriores a los ataques. Parece factible que la pandemia del coronavirus (que ha impactado personalmente a casi todos en la Tierra) pueda tener un impacto similar.
El estrés y la ansiedad también pueden hacerte recordar más de tus sueños, pues usualmente te acordarás más de las pesadillas por el impacto que dejan en tu mente, o el miedo que sentiste cuando estabas en ellas. Para los que duermen bien les puede resultar difícil de creer, pero todos se despiertan naturalmente varias veces en la noche, al final de cada ciclo de sueño de 90 minutos.
Sin estos breves despertares, no recordarías los sueños en absoluto, según dice Michael Nadorff, director del programa de doctorado clínico en el departamento de psicología de la Universidad Estatal de Mississippi y experto en el vínculo entre las pesadillas y las enfermedades mentales.
La etapa surrealista por la que atraviesan países enteros, afecta a cientos de miles de personas, pues mientras en unos estados o regiones ya levantaron la cuarentena, quizás en el país donde te encuentras, las cosas están cada vez más difíciles. Por eso es lógico que todo lo que miras o escuchas impacte de esta manera en tu subconsciente.
En 1940, un oficial del ejército británico llamado Kenneth Davies Hopkins, comenzó a grabar los sueños nocturnos de sus compañeros de prisión en un campo de prisioneros de guerra nazi en Alemania. Con esto tenía la intención de utilizar los datos para una investigación doctoral, pero murió de enfisema en el campamento antes de completar el proyecto, y dejó atrás los registros escritos a mano de varios cientos de sueños.
Entre ellos se percató que la mayoría de los sueños de estos hombres no eran referentes al sexo y muy pocos de ellos soñaban con la libertad. Y aquí se habla de prisioneros que aunque estaban encarcelados, tenían comida y no eran torturados. De hecho muchos de ellos mantenían comunicación con sus familias.
Pero lo que sí encontró de similitud es que estos hombres soñaban con su pasado, con sus familiares vivos y muertos y al parecer todo lo entrañable para ellos.
La psicóloga y experta, Violeta Alcocer, recomienda encontrar durante el día alguna forma de elaborar las cuestiones afectivas, por ejemplo a través de la terapia o de la escritura, o de desconectar con la realización de actividades placenteras como el yoga u otro tipo de ejercicio físico para lograr despejar y descansar la mente.
Sin embargo, la verdad es que los científicos no pueden decir exactamente qué es lo que hace la pandemia en el cerebro, hasta que hayan tenido la oportunidad de estudiar todos los daños. Esto se podría decir que es un desafortunado experimento naturalista mundial.
Con información de: El País y The New York Times