Es un hábito muy frecuente para los amantes de los felinos, pero ¿está bien hacerlo?
Amantes de compartir la cama con los gatos afirman que les brinda un gran beneficio emocional y que reduce el estrés y la ansiedad, además de mejorar el vínculo entre ellos.
Sin embargo, debemos saber que acostarse con ellos puede afectar el organismo, desde el contagio de enfermedades hasta alergias.
Los gatos son animales nocturnos muy ágiles, por lo tanto, su actividad muchas veces puede influir en el descanso. Si es inquieto porque suele jugar o moverse, puede interrumpir por la noche y, a lo largo del tiempo, provocar problemas de sueño en sus dueños.
Si el gato tiene como costumbre salir afuera y rondar por los techos, hay que tener en cuenta que otros gatos son portadores de enfermedades. Además, están expuestos a contraer pulgas y garrapatas, que llevarán de forma involuntaria a la casa donde viven.
“Los gatos son, de las mascotas domésticas, las más alergizantes en comparación a los perros. La causa se le atribuye al pelo, las glándulas de secreción sebáceas, la orina y la saliva. El animal, al acicalarse (pasar su lengua por el pelaje), deposita la saliva sobre los pelos, la cual se seca y luego, finalmente, forma parte del medio ambiente donde está habitando él y las personas”, explica a Con Bienestar Samuel Azar (M.N. 24.498), médico especialista en enfermedades alérgicas.
Una persona alérgica o asmática no debería tener ni gatos ni perros en su casa, pero es algo que suele suceder, en ese caso, es conveniente que no entre a los dormitorios ni habitaciones, recomienda el médico. Para evitar alergias es mejor dejarlos en el patio.
“Hay individuos que no son alérgicos ni a los perros ni a los gatos, pero aun así desde el punto de vista higiénico no es saludable compartir la cama con ellos. Igualmente, insisto, un alérgico debería desestimar tener una mascota en su casa”, afirma.
“Se aconseja que para disminuir la alergenicidad de la piel del gato se lo bañe una vez a la semana con productos especiales para ellos. Pero casi nunca ocurre. Por eso llevarlo al veterinario es clave para verificar que el animal esté sano, libre de parásitos, enfermedades e infecciones”, agrega.
A pesar de higienizar las sábanas y fundas, “los alérgenos perduran por lo menos un par de meses o más”. Así les pasa a muchos pacientes, según explica el médico, que se ponen en contacto con una persona que tiene gatos en su casa: “Los alérgenos que los dueños de gastos tienen en la ropa desencadenan síntomas en la persona alérgica”.