La provincia renueva gobernador. Todas las miradas nacionales se centran en un distrito clave, no sólo en lo político sino en su valor productivo.
Este domingo se abrirá el telón electoral del país. Comicios tempraneros, con votantes recién llegados de vacaciones. Una fecha que obligó a una campaña corta, de baja intensidad, y en donde el oficialismo del Movimiento Popular Neuquino (MPN) buscó el mayor despegue posible del calendario nacional. El objetivo: provincializar el voto, una estrategia que es ganancia pura para el MPN, ya que puede hacer pesar su sentido de pertenencia local. El llamado a la neuquinidad.
Los candidatos son nueve, pero los que tienen chances reales son tres. Lidera en los sondeos el actual gobernador Omar Gutiérrez, del MPN, esa máquina electoral que jamás perdió una elección ejecutiva desde que en 1962 comenzó su dominio provincial. La mayor amenaza viene desde el peronismo, que estrena el domingo el mentado esquema de unidad con la alianza Frente Neuquino-Unidad Ciudadana (valga la redundancia) que encabeza Ramón Rioseco, exintendente de Cutral Co (allí se disputará el principal comicio municipal -ver aparte-). Llega desinflado el candidato de Cambiemos, intendente capitalino Horacio “Pechi” Quiroga, quien aspira a arañar el escenario de tercios, dolido con la Casa Rosada por la quita de apoyo en el tramo final. Y sin chances pero con posibilidad de romper el diagrama asoma el exmandatario Jorge Sobisch, un MPN que decidió ir por afuera, bajo el Partido Demócrata Cristiano.
¿Fue posible la provincialización? Pese al despegue de calendarios y por más que el peso a nivel país sea relativamente bajo en términos de votos (497 mil electores, el 1,5% del padrón nacional), el subsuelo de Neuquén hizo que la elección terminara nacionalizándose, si bien la sola presencia del MPN hace imposible traspolar escenarios a lo que pudiera suceder en octubre. Neuquén es Vaca Muerta, el megayacimiento no convencional, donde se da un natural derrame de inversiones. Y la Casa Rosada tiene los ojos puestos allí: el principal objetivo es evitar una victoria PJ. Y también en clave nacional aparece, justamente, la primera aparición de la expresidenta Cristina de Kirchner en apoyo a un candidato provincial, Rioseco.
Quienes auguran la victoria de Gutiérrez ponen el foco en varios factores. Además del arraigo provincial y del peso territorial del MPN, creen que la elección puede definirse por otros ejes. El primero, el avance de Rioseco en las encuestas hará que Gutiérrez aspire de Cambiemos el voto útil antikirchnerista. Esto también fue visible desde el radicalismo, donde Quiroga no recibió apoyos del presidente Mauricio Macri. El Gobierno nacional, ante la caída del intendente radical apuesta por la victoria de Gutiérrez, con quien tiene buen vínculo y con quien, además, jugaron en tándem para impulsar las inversiones en Vaca Muerta. De hecho, el respaldo a “Pechi” fue del radicalismo orgánico, en lo que pareció una puja más de la interna de Cambiemos. Las últimas declaraciones de Quiroga mostraron que su apego a la alianza macrista es por lo menos bajo.
El segundo punto, tiene una doble arista: que el 25% de la población activa neuquina trabaje en el Estado provincial es uno de los puntos que se le achacan a la gestión del MPN. Pero el gremio estatal ATE mantiene vínculos con el MPN. Como dato, Gutiérrez fue uno de los pocos gobernadores que logró cerrar la paritaria docente, que arde en buena parte del país. También juega a favor del MPN el sindicato de petroleros, con una apuesta fuerte del titular del gremio, Guillermo Pereyra. Este senador nacional del MPN se reencontró con el gobernador tras un zigzagueo de meses anteriores y jugó cartas pesadas a favor de su candidatura. El aval petrolero se traduce en volumen de votos.
Rioseco, en tanto, creció a fuerza de golpes. Fue quien más nacionalizó la campaña con críticas a Macri. La bajada fue asociar a Quiroga y Gutiérrez con el presidente. En tiempos de descontento, y ante los vínculos ciertos del MPN y Cambiemos, tuvo un despegue y se coló en la discusión grande. Sus rivales, en consonancia, buscaron tildarlo de “pianta inversiones”, más desde su aparición con Cristina de Kirchner. Por eso, el peronista viró a un discurso final pro empresas. Incluso, en una entrevista publicada esta semana en Ámbito Financiero se mostró como “la garantía de previsibilidad jurídica”. Y cuestionó a Macri por la Resolución 46, que cortó subsidios a empresas petroleras (el MPN, rápido de reflejos, también recogió el guante por este tema para mostrar su independencia del gobierno nacional). “Es Macri y su socio Gutiérrez quien no dan garantías”, Rioseco dixit.
En tanto, la Casa Rosada exhibe su temor por la cara que pondrán en Houston los petroleros cuando la semana próxima vaya una comitiva liderada por Nicolás Dujovne. Pero, en la práctica, las empresas no ven a Rioseco como un cuco. El exintendente tejió desde el municipio relación con las compañías. Una de ellas, que opera en esa localidad, lo confirmó: “Tenemos buena relación con los tres candidatos principales”, sostuvo un ejecutivo a este medio.
En el MPN no creen que Rioseco pueda saltar el techo K. Pero no duermen tranquilos por “el factor Sobisch”. Si bien desde comandos centrales le dan un 4%, el exgobernador cree que puede alcanzar el 10%. Un crecimiento de Sobisch será en detrimento de Gutiérrez. Esos 5 o 6 puntos pueden ser la llave de Rioseco para gobernar la provincia de Vaca Muerta.