Un sector de la UCR pretende enfrentar a Mauricio Macri en primarias. Las razones que indican que en Cambiemos esto no sucederá.
Por Juan Radonjic
En la lista de supuestas iniciativas que finalmente no se concretarán en este ciclo electoral –suspensión de primarias, Vidal compitiendo en lugar de Macri, desdoblamiento en Buenos Aires, entre otras– habrá que sumar pronto la propuesta de algunos sectores de la UCR de participar con un candidato propio en las primarias para enfrentar al Presidente.
Algunos de los motivos por los cuales no prosperará: Debilitaría al Presidente. ¿Qué otro motivo puede haber para presentar un candidato radical que no sea el cuestionamiento abierto a la gestión de Macri? Esas críticas les darían nuevos argumentos a sus rivales en las elecciones presidenciales pero también a los candidatos a gobernadores de la oposición que confronten con los de Cambiemos.
No hay antecedentes en Argentina, y muy pocos en el mundo, en los que un presidente en ejercicio y que está en condiciones de ser reelecto, haya sido desafiado desde su propio partido o de la coalición que lo llevó al poder. Hay un caso recordado en Estados Unidos que se dio en las primarias demócratas de 1980. Ted Kennedy intentó obtener la candidatura enfrentando a Jimmy Carter con un discurso muy crítico a su gestión desde una perspectiva progresista. Carter ganó la primaria, pero Ronald Reagan la Presidencia.
Poco apoyo de los votantes. Evitar debilitar al Presidente será el motivo que llevará a que muchos votantes radicales no acompañen al candidato partidario, porque más que marcar diferencias en las primarias, les interesará fortalecer al que más posibilidades tienen de impedir que el peronismo vuelva al poder. Además, no hay ningún candidato que pueda aglutinar a todos los radicales. Siempre se lo menciona a Martín Lousteau, cuyas valores políticos son reconocidos, pero es difícil concebirlo como el guardián de la ortodoxia radical.
No debilitar al Presidente será el motivo que llevará a que muchos votantes radicales no acompañen al candidato partidario.
Afectaría las estrategias provinciales. Los candidatos radicales a gobernadores, que pueden llegar a ser catorce, se verían beneficiados si mejora la evaluación social de la gestión de Macri ¿Cuál sería la ventaja para ellos que un precandidato a presidente de su propio partido la cuestione?
Sería contradictorio que en muchas provincias se esté trabajando para lograr fórmulas y lista de legisladores compartidas entre el PRO y la UCR y que se pretenda contar con el respaldo del Gobierno Nacional para las campañas locales mientras que al mismo tiempo se confronta en una primaria. ¿Trabajarán los candidatos radicales de Cambiemos en las provincias a favor del candidato partidario y en contra de Macri en las primarias? Parece improbable.
Le restaría fuerza la UCR. Un candidato radical perdería contra Macri en las primarias y dejaría expuesta una vez más la dificultad del partido para ofrecer una oferta electoral nacional competitiva. A su vez, podría generar situaciones conflictivas para sus propios candidatos allí adónde sí pueden ganar, que es en las provincias. Por lo tanto, la lógica política indica que la energía radical se canalizará hacia el objetivo de ganar gobernaciones y no de hacerle una primaria a Macri.
La mayoría de los sectores del radicalismo le reclaman cambios al Gobierno, quieren que el partido tenga una mayor participación en algunas decisiones y piden que se institucionalice el debate político dentro de Cambiemos.
Pero pocos consideran que competir contra Macri en las primarias sea el mejor camino para lograr esos objetivos. El argumento utilizado por sus impulsores es que un partido nacional debe tener un candidato presidencial que exprese su visión del país, permitiría afirmar la identidad partidaria. También se sostiene que le convendría a Cambiemos porque ampliaría la participación en la primaria y le daría posibilidades de expresarse desde adentro a quienes están disgustados con Macri. Pero si están disgustados con el Presidente no hay ningún motivo para que lo voten en las elecciones generales por lo cual su participación en las primarias no aseguraría un mejor resultado posterior.