Esperanza Anahí Salcedo, la mujer que colocó la bomba en el Cementerio de la Recoleta el 16 de noviembre pasado y que quedó gravemente herida cuando el explosivo le estalló en la cara mientras intentaba tomarse una selfie, fue procesada con prisión preventiva por el juez federal Julián Ercolini, quien también trabó un embargo de un millón de pesos sobre sus bienes.
Fue por dos hechos: tanto la bomba que Salcedo hizo estallar en el cementerio como la que fue arrojada dentro del domicilio del juez Claudio Bonadio por otro joven anarquista, Nicolás Viola. Ercolini agravó la situación de Salcedo al sumar el delito de tenencia ilegítima de explosivos y materiales para fabricar artefactos explosivos.
Ya son nueve los procesados en esta causa. Los ocho hombres que vivían en la casa tomada de la calle Pavón, en el barrio porteño de San Cristóbal, donde se secuestraron elementos para la fabricación de bombas. El procesamiento de Salcedo se demoró por las heridas que sufrió la joven, que le impidieron declarar.
La orden de procesamiento de Ercolini fue dirigida al Complejo Penitenciario Federal IV de Mujeres, en Ezeiza, donde Salcedo se encuentra detenida desde su recuperación.