"El paro confirma lo que la gente detesta del sindicalismo argentino", afirmó el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien consideró que la medida "le complica la vida a quienes solo quieren salir adelante".
En la antesala del tercer paro general convocado por la CGT contra el gobierno de Javier Milei, el Ejecutivo respondió con duras críticas a la dirigencia sindical y advirtió sobre el avance de las reformas laborales incluidas en el DNU 70/23, actualmente frenadas por la Justicia.
"El paro confirma lo que la gente detesta del sindicalismo argentino", afirmó el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien consideró que la medida "le complica la vida a quienes solo quieren salir adelante". Además, aseguró que "en términos reales, hoy los salarios son más altos que cuando se fue Alberto Fernández" y apuntó que "eso les duele" a los gremios.
El análisis destaca un aumento en las transferencias a las provincias y en los beneficios de la seguridad social, mientras se aplicaron fuertes recortes en obra pública y subsidios económicos.
Por su parte, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, sostuvo que la central obrera "se anticipa porque sabe que vamos a insistir con las reformas laborales" y adelantó que, cuando el oficialismo consiga los votos en el Congreso, volverá a impulsar los artículos caídos del DNU y la Ley Bases.
El paro general convocado para este jueves afectará trenes, subtes, taxis, vuelos, bancos, servicios públicos y dependencias estatales. Solo los colectivos urbanos funcionarán con normalidad. Docentes, personal de salud y trabajadores de la administración pública también adherirán, garantizando guardias mínimas.
Francos también cuestionó la falta de recambio en la dirigencia sindical y consideró que "eso tampoco es democracia". Según el funcionario, los gremios "no quieren que gobernemos" y se posicionan "del lado contrario al cambio".