Parece un relato prehistórico. Pero ocurrió hace poco más de cinco meses, el 19 de marzo, horas antes de que la Argentina entrara en una fase desconocida de aislamiento social obligatorio. Mauricio Macri y Alberto Fernández se cruzaron mensajes en el celular y finalmente el Presidente llamó a su antecesor para anticiparle su plan ante el imparable avance del coronavirus en el mundo.

Eran momentos de inusual concordia política en la Argentina, producto del drama que se avecinaba. Desde el domingo, con la cuarentena todavía vigente y la grieta otra vez repuesta como lógica ordenadora del sistema, aquella charla telefónica quedó envuelta en una feroz controversia política entre el Gobierno y la oposición.

Fernández dijo el domingo que Macri había rechazado en ese momento las medidas restrictivas que preparaba la Casa Rosada por el daño que iban a causar en la economía y citó una supuesta frase: "Que se mueran los tengan que morirse". Macri le respondió hoy con una carta en la que tildó de "falsa" esa versión de los hechos.

La conversación, según pudo reconstruir LA NACION en su momento, había sido cordial. En ambos sectores coincidían en que Macri había transmitido su apoyo a las medidas. Desde la Casa Rosada, se había dejado correr la versión de que Macri había pedido una estrategia de confinamiento light, al estilo de la aplicada en un primer momento por Boris Johnson en Gran Bretaña. Pero desde el macrismo hubo una rápida desmentida: explicaron que, en realidad, el expresidente había destacado lo contrario. Que Johnson, después de apostar a la "inmunidad de rebaño" con la economía activa, había tenido que retractarse (ocurrió un día antes de la llamada entre Fernández y Macri).

La agencia estatal Télam no se sumó a ese ruido y publicó que el fundador de Pro había llamado a Fernández para "darle su respaldo en la emergencia sanitaria". Y destacaron las desmentidas formales sobre el tema Johnson.

En Juntos por el Cambio habían elogiado la vocación dialoguista del Presidente. El llamado a Macri ocurrió minutos antes de la teleconferencia con gobernadores, previa al anuncio oficial de la primera cuarentena, que regiría desde el viernes 20.

Según Télam, que citó fuentes gubernamentales, hablaron sobre "la situación de la pandemia, especialmente en Italia, España y Alemania y las medidas que toman la mayoría de los países" para frenar el contagio. Y coincidieron en que "hay que estar atento a lo que la ciencia va descubriendo" en busca de orientación sobre el virus desconocido.

Otra prueba de que el desacuerdo de versiones no pasó a mayores está en Twitter. Macri publicó un hilo en su cuenta oficial con un apoyo explícito al Gobierno, a las 17.04 del día 20.

"Queridos argentinos: estamos viviendo una experiencia inédita, frente a la cual debemos estar unidos y cuidarnos los unos a los otros. Si nos quedamos en nuestras casas mientras dura el aislamiento preventivo, podremos aplanar el crecimiento de los casos de Covid-19", escribió el expresidente. Y añadió: "Mi mensaje es que nos mantengamos unidos, ahora más que nunca, y acompañemos las medidas que tomó el Gobierno. Seamos responsables y cuidémonos entre todos".

Fue en línea con lo que había publicado una semana antes, el día 13, cuando llamó a "acompañar las medidas que tomó el gobierno" para detener el avance el coronavirus.

La postura de Macri se fue endureciendo a medida que se consumían los meses en cuarentena. "Lamentablemente hemos visto un gobierno que ha intentado en la pandemia avanzar sobre esas libertades", dijo a principios de julio en una entrevista con el periodista peruano Álvaro Vargas Llosa. A partir de ese momento empezó a elevar el tono de sus críticas a la estrategia oficial y respaldó las movilizaciones de protesta contra el Gobierno, motivadas en alguna medida por el rechazo al aislamiento obligatorio.

En esa línea confrontativa, el Gobierno puso a Macri como blanco principal de sus críticas. Y el propio Presidente reflotó aquella vieja comunicación amable -la última que tuvieron- para encender aún más la pelea.

Fuente. La Nación