El exmediático dejó atrás su vida llena de escándalos. ¿A qué se dedica ahora?
Increíble pero real. Nino Dolce dio un giro muy importante en su vida y muchos están asombrados. Parece que lejos quedó aquel hombre que se golpeaba la cabeza contra la pared en Gran Hermano, que cocinaba desnudo y que estaba siempre envuelto en escándalos.
Los años pasaron y su mentalidad cambió ciento por ciento. Su presente es otro y está muy contento de la persona en la que se convirtió. En diálogo con Confrontados, aseguró que ahora está totalmente volcado al judaísmo.
"Estoy vivito y coleando. Ahora prefiero que me llamen Rómulo y en el templo al que voy soy Noah. Yo nací judío, obviamente, pero entré de lleno en el tema religioso en 2015. El viaje que hice a Perú como retiro espiritual me hizo click la cabeza. Me di cuenta de que mis raíces estaban en el judaísmo", comenzó.
Luego explicó cómo es su día a día alejado de los medios: "Mi rutina diaria es un rezo a la mañana, le agradezco a Dios por lo que tengo y le pido perdón por mis errores y las macanas que me mandé, que son muchas. Quedé marcado con una imagen que no fue la que hubiese querido".
El cocinero también aseguró que le costó sanar el ego y que ahora la mujer tiene otro espacio en su vida: "Estaba muy expuesto, me había sometido a una picadora de carne. No hay que ser un títere de lo que los medios necesitan, pero yo me prestaba. Ahora a la mujer la veo desde otro lugar, ya no puedo estar cocinando con mujeres desnudas".
Después de su cambio rotundo, Dolce -o ahora Rómulo Tirri- tiene las ideas más claras que nunca. "Mi misión es ser buen padre y utilizar el potencial que tengo para hacer el bien. Me queda la mitad de la vida para hacerlo. Donde hubo oscuridad siempre puede haber luz. Las bendiciones estarán conmigo todos los días de mi vida", dijo.
Por último, confesó que tuvo que pasar por la circuncisión: "Me dolió un poquito, porque fue con anestesia local. El tema es que después dura un tiempo el dolor. Y la abstinencia...".