Luego de un debate virtual que se extendió durante casi 4 horas, el juez Juan Manuel Peña rechazó el pedido de la defensa de Norma Ortubia, madre de la víctima. Está señalada como partícipe necesaria de los incontables abusos que sufrió su hija.
El fallo recayó sobre Norma Ortubia, la esposa de Aramando Lucero, conocido como el Chacal de la Cuarta Sección que violó y tuvo siete hijos con su hija. Luego de un debate virtual que se extendió durante casi 4 horas, el juez Juan Manuel Peña rechazó el pedido de la defensa
El fiscal de Delitos Sexuales Gustavo Stroppiana, había solicitado que la mujer siga detenida. La víctima e hija de la acusada, Cecilia Lucero fue representada por los abogados Agustín Magdalena y Cristian Vaira Leyton.
La defensa de Norma Ortubia estuvo a cargo del abogado Carlos Benavídez quien argumentó, entre otros puntos, la prescripción de los delitos por el tiempo que ya ha pasado.
El padre abusador tuvo siete hijos-nietos con su propia hija. El "monstruo", como se lo llamó a Armando Lucero (67), murió en 2010, enfermo en lel penal de calle Boulogne Sur Mer cuando todavía no había llegado a juicio. Pero su principal cómplice, Norma Ortubia (65), esposa del "Chacal" y madre de la joven violada, fue detenida recién a mediados de este año.
La hija de ambos, Cecilia (43), fue quien denunció a la mujer, que a 10 años de la muerte de su padre nunca había sido imputada en la causa. Sin embargo, la madre fue testigo y encubrió los abusos sexuales que sufrió Cecilia desde los 6 años y crió como hijos a los 7 chicos que tuvo su marido con su propia hija, producto de las violaciones.
La mujer denunció todo luego de que el hombre intentara violar a una de sus nietas, de 16 años. A raíz de las acusaciones, se encaró una investigación que puso al descubierto que Lucero tenía al menos 21 hijos: ocho con su primera esposa, otros seis con su segunda pareja y siete (hijos-nietos) con su propia hija.
La Justicia detuvo a Lucero y a los pocos meses, el "monstruo" murió por una afección respiratoria por tabaquismo. Con su muerte, su responsabilidad penal caducó y no hubo movimiento en la causa.