El medio centenar de pymes mendocinas ofrecieron sus productos de manera virtual a través de seis importadores de alimentos y vinos del país limítrofe que buscan productos de Mendoza, y mediante una agenda previamente organizada por los técnicos de ProMendoza, según el perfil de cada importador, y que se fue desarrollando a lo largo de la última semana.

Los productos requeridos y ofrecidos fueron frutas secas y desecadas, aceitunas y aceite de oliva, alimentos gourmet, duraznos en conserva y cóctel de frutas, mientras que en vinos se apuntó tanto a los de alta, media y baja gama.

Este encuentro de negocios fue organizado por el Consulado en Santa Cruz de la Sierra, la Embajada de Argentina en Bolivia y la Fundación ProMendoza, quienes reunieron a importadores y empresas mendocinas.

Walter Esteban Pérez, es un mendocino que se afincó en Bolivia es dueño de la importadora Júpiter, quien aseguró que "los alimentos mendocinos tienen oportunidades en el mercado boliviano por su calidad y por el valor agregado que les da ser productos envasados en origen".

La producción agrícola de Mendoza es reconocida a nivel mundial y tiene integrada de manera vertical casi todo el proceso productivo de alimentos, lo cual les da un plus en Bolivia, explicó el trader, quien agregó que "Mendoza es conocida por sus vinos de calidad, lo que le da prestigio a toda su oferta exportable".

“Estoy convencido de que vamos a generar negocios en esta ronda, porque el precio y la calidad prima mucho en Bolivia y Mendoza tiene ambas. A mí me interesa avanzar en alimentos y aceites y he visto una producción interesante”, sostuvo Pérez.

“Además, las inscripciones son muy rápidas en Bolivia ya que en 20 días se puede empezar a importar y casi sin aranceles, porque tenemos un buen acuerdo comercial con Argentina”, explicó.

Walter Pérez hace 15 años que vive en Bolivia, donde llegó para trabajar para una importante empresa argentina con sede en Bolivia, pero hace tres años Júpiter SRL, una empresa con más de 40 años de experiencia, que distribuye sus productos a supermercados y restaurantes, que se la compró a otros argentinos.

El mercado de alimentos de Bolivia ha seguido muy activo a pesar de la pandemia, sobre todo en Santa Cruz de la Sierra y La Paz, ya que son ciudades de mucho consumo.