Fue durante una excavación para hacer un pozo de agua. Los huesos humanos estaban enterrados a pocos centímetros de profundidad.
El macabro hallazgo se tuvo lugar el lunes pasado en la Finca Riera del carril Casas Viejas e inmediatamente se le dio aviso a la Policía. Un día después el cuerpo de antropología y médicos forenses comenzaron a trabajar en el descubrimiento.
En un primer momento, las personas que realizaban el pozo se toparon con un cráneo humano y un húmero (el hueso más largo del brazo), pero el trabajo de los profesionales además encontró una costilla y dos vértebras.
Los huesos estaban a solo unos 50 centímetros de la superficie por lo que quedaría descartada la hipótesis de que sean de aborígenes, ya que éstos enterraban a sus difuntos a dos metros de profundidad.
"De todas formas no se puede saber si no es con un estudio profundo si los huesos datan de 20, 25 años o miles, inclusive, depende según donde hayan estado y las situaciones climáticas", aseguraron los profesionales intervinientes.