Las discusiones entre Rusia y EEUU estarán marcadas por las dudas de que el régimen de Nicolás Maduro puede mantenerse en el poder.
Washington y Moscú iniciaron el lunes un encuentro de dos días para discutir la crisis de Venezuela, en un debate donde las sanciones estadounidenses al régimen de Caracas se batirán en duelo con los intereses rusos, y donde las partes podrían comenzar a explorar como sería el país petrolero en una era post Maduro.
Los expertos no esperan grandes avances el martes, al término de la reunión en Roma sostenida entre el enviado especial para Venezuela, Elliot Abrams, y el vicecanciller Sergei Ryabkov y otros funcionarios rusos.
Pero el solo hecho de que Rusia haya accedido discutir con Estados Unidos la situación en Venezuela no es un buen augurio para Maduro, dijo José Cárdenas, quien ocupó altos cargos en el Departamento de Estado, el Consejo Nacional de Seguridad y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
“Si yo fuese Maduro, yo estaría muy preocupado porque es una indicación de que Rusia llegó a un punto donde está dispuesta a explorar todas sus opciones (…) estuviese muy preocupado que estos dos países estuviesen reunidos en alguna parte discutiendo su futuro”, dijo Cárdenas desde Washington.