La operación fue postergada debido a la enorme cantidad de civiles que permanecía en la pequeña localidad de Baghuz. Unas 60.000 personas abandonaron la aldea en tres semanas.
"El plazo que dimos a los yihadistas para que se rindan ha llegado a su fin. Se ha ordenado a nuestras fuerzas (...) dar el golpe de gracia a los que aún están en Baghuz”. Con esas palabras, escritas en Twitter por uno de los voceros de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), se dio oficialmente comienzo este domingo (10.03.2019) a la ofensiva final contra el último reducto del Estado Islámico en Siria.
"No observamos ningún movimiento de civiles en el interior (del reducto), por lo que se han reanudado las operaciones militares contra el grupo EI”, explicó Adnane Afrine, otro portavoz. Los aviones de la coalición internacional que respalda a las FSD atacaron "almacenes de armas de los terroristas”, mientras en los alrededores de Baghuz comenzaron "violentos combates” sobre el terreno.
Antes de lanzar el ataque, las FSD, un grupo de milicias kurdo-árabes apoyado por Estados Unidos y otros países, señalaron que "no existen plazos temporales para acabar con la misión, pero se ha encargado cumplir con el objetivo y acabar con los terroristas cercados dentro de Baghuz”. Los kurdos recordaron que dieron un plazo para que Estado Islámico se rindiera y también para evacuar a los civiles.
Miles de civiles
Según las cifras que manejan las autoridades kurdas, alrededor de 65.000 civiles y unos 6.000 combatientes de Estado Islámico abandonaron la localidad, por lo que quienes permanecieron en Baghuz lo hicieron con la convicción de que lucharán hasta la muerte. El proceso de evacuación comenzó hace tres semanas y se extendió más de lo esperado porque la cantidad de civiles era mucho mayor a la estimada inicialmente.
Incluso el alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi, se mostró sorprendido por la presencia de tantas personas en la pequeña población, hacia donde se retiraron los yihadistas y sus familias a medida que las Fuerzas de Siria Democrática les fueron arrebatando terreno en los pasados meses. Los kurdos aseguraron, en todo caso, que el corredor humanitario creado para los civiles "permanecerá abierto”.
DZC (AFP, EFE, Europa Press)
Estado Islámico, también conocido como Daesh, ISIS o ISIL, es una escisión de Al Qaeda con una ideología militante sunita. Surgió a raíz de la invasión de EE. UU. a Irak en 2003 y es liderada por Abu Bakr al-Baghdadi. Su objetivo es crear un "califato" mundial y se hizo conocido en 2014, cuando lanzó una operación militar relámpago que consiguió la captura de la ciudad iraquí de Mosul.
Se estima que Estado Islámico tiene grupos operativos en al menos una docena de países, entre ellos Libia, Afganistán, Filipinas, Yemen, Siria e Irak. En estos dos últimos controla territorios, e incluso se califica a la ciudad siria de Rakka como su "capital de facto". Sin embargo, el grupo radical ha perdido buena parte del territorio que ganó durante su campaña militar de 2014.
Hay varios grupos involucrados en la lucha contra Estado Islámico. Estados Unidos lidera una coalición internacional de más de 50 países, incluidas varias naciones árabes. Rusia ha lanzado numerosos ataques aéreos contra los yihadistas en el marco de su plan de apoyo al gobierno sirio. Fuerzas regionales, así como los peshmerga kurdos (en la foto), combaten al EI sobre el terreno.
Una de las principales fuentes de ingresos del grupo radical ha sido la venta de petróleo y gas. En un momento, llegaron a controlar un tercio de la producción de crudo de Siria. Sin embargo, los ataques aéreos estadounidenses se centraron específicamente en destruir esas instalaciones. Otras fuentes de ingresos son los impuestos, secuestros, extorsión y la venta de antigüedades.
Estado Islámico se ha atribuido numerosos ataques terroristas en todo el planeta. En Europa, el grupo radical ha golpeado varias capitales, como Berlín, París y Bruselas. Los líderes de EI han realizado numerosos llamados a los "lobos solitarios" para que perpetren ataques, animando a individuos a llevar a cabo atentados terroristas sin tener vinculación directa con la organización yihadista.
El grupo usa varias tácticas para expandir su poder. Los combatientes de EI han saqueado y destruido artefactos históricos tanto en Siria como en Irak, en un intento por llevar a cabo una "limpieza cultural". También han esclavizado a miles de mujeres de grupos religiosos minoritarios. EI también usa las redes sociales para distribuir propaganda y reclutar nuevos simpatizantes.
Estado Islámico ha echado más leña al fuego generado por la guerra en Siria. Millones de personas han huido de sus hogares desde que el conflicto se desató, en marzo de 2011, y muchos han intentado llegar a Europa en busca de refugio. Aunque han perdido Mosul, su bastión iraquí, los milicianos han dejado una marca de destrucción a su paso. Las regiones arrasadas tardarán años en ser reconstruidas.
Autor: Rachel Stewart