El Pentágono tendrá su primera actualización del área en nueve años y hará foco también en los avances de Corea del Norte e Irán. La Casa Blanca pide
Donald Trump presenta este jueves la nueva estrategia de defensa antimisiles de Estados Unidos, diseñada para afrontar las amenazas que representan los nuevos armamentos de Rusia y China, potencias rivales de Washington, así como las amenazas provenientes de Irán y Corea del Norte.
Desde el Pentágono, Trump revelará este análisis encargado en 2017 y esperado desde hace meses. Según pasajes del documento de más de 80 páginas distribuidos a la prensa, el Departamento de Defensa detalla los nuevos proyectos que quiere llevar a cabo para proteger Estados Unidos ante los nuevos misiles hipersónicos de China y Rusia.
Esos misiles, que pueden desplazarse a más de 5.000 kilómetros por hora (más de cuatro veces la velocidad del sonido) y pueden maniobrar y modificar su rumbo, son casi imposibles de interceptar una vez lanzados.
La respuesta del Gobierno estadounidense ante estas amenazas será pedir "nuevas inversiones urgentes", en tecnologías de defensa de misiles en todos los ámbitos, para así crear una enorme red de sensores sobre la Tierra capaz de rastrear misiles mientras se lanzan. La revisión también subraya que un mayor desarrollo de este tipo de láseres de alta energía podría dar a Estados Unidos una forma rentable de destruir misiles poco después de su lanzamiento.
El Pentágono lanzará, además, un estudio sobre la creación de un nuevo sistema de intercepción con un nuevo tipo de dron equipado con misiles, capaz de permanecer en la órbita terrestre para destruir un misil hipersónico hostil cuando alcance su apogeo en el espacio.
La nueva estrategia de defensa también tiene en cuenta los misiles balísticos que poseen dos de los mayores enemigos de Estados Unidos: Irán y Corea del Norte. Frente a esos proyectiles, menos sofisticados que los de Rusia y China pero capaces de amenazar directamente a los aliados de Estados Unidos en Europa y en Japón, el Pentágono explora otra opción: destruirlos justo después de su lanzamiento.
Los sistemas de defensa actuales se centran en destruir los misiles mientras vuelan. Si consigue neutralizarlos cuando aún se encuentren en su fase de aceleración, Estados Unidos reforzará la defensa de sus aliados y la disuasión de los países afectados, asegura el análisis militar.
Para conseguirlo, el Pentágono estudia equipar con un nuevo tipo de misiles los cazadores furtivos F-35 que patrullen cerca de posibles lugares de lanzamiento, por ejemplo, durante un hipotético conflicto con Corea del Norte.
En los últimos meses, el Pentágono ha efectuado con éxito dos pruebas de su sistema antimisiles, lo que supone un respiro para las Fuerzas Armadas estadounidenses después de que a lo largo del año 2018 se registraran dos fracasos en ejercicios de interceptación de misiles balísticos.
(Con información de AFP y EFE)