El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó este lunes que las instalaciones nucleares iraníes de Fordow, Isfahán y Natanz fueron severamente dañadas por bombardeos estadounidenses, lo que marca una escalada alarmante en el conflicto entre Irán e Israel. El director general del OIEA, Rafael Grossi, advirtió que los cráteres visibles en Fordow evidencian el uso de municiones geotérmicas y que aún no es posible evaluar completamente los daños subterráneos, dada la sensibilidad de las centrifugadoras de enriquecimiento de uranio.

En Isfahán, fueron alcanzadas entradas a túneles de almacenamiento de material enriquecido y edificios clave en el procesamiento de uranio, mientras que en Natanz también se detectaron impactos en la planta de enriquecimiento de combustible. A pesar del daño estructural, Irán informó que no se han registrado emisiones radiactivas fuera de las instalaciones.

Desde la sede de la ONU, el secretario general António Guterres calificó los ataques como un giro peligroso y llamó a una desescalada urgente. "Nos enfrentamos a una decisión crítica: más guerra y destrucción, o el camino de la diplomacia", dijo.

Grossi, por su parte, alertó que el régimen internacional de no proliferación nuclear "podría desmoronarse" si no se reanudan las negociaciones. "No estaremos más seguros si hay más armas nucleares en más Estados del mundo", subrayó el funcionario argentino.