La catástrofe se suma a una sequía sin precedentes que dejó a millones de somalíes al borde de la hambruna, y a una nación que lleva décadas luchando contra la insurgencia islamista.
Las inundaciones repentinas en el centro de Somalia causaron la muerte de 22 personas y afectaron a más de 450.000, informó OCHA, la agencia humanitaria de la ONU, tras el desbordamiento del río Shabelle, que obligó a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares.
Las fuertes lluvias caídas a principios de semana hicieron que el agua entrara en las casas de la ciudad de Beledweyne, en la región de Hiran, sumergiendo construcciones y carreteras mientras los residentes recuperaban sus pertenencias y andaban por las calles inundadas en busca de refugio.
"Las primeras estimaciones indican que las inundaciones repentinas y fluviales en Somalia afectaron al menos a 460.470 personas, de las cuales casi 219.000 tuvieron que dejar sus hogares y 22 fallecieron", declaró la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, según consignó la agencia AFP.