La encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), uno de los más reputados del país, marcó un descenso desde el 69% de los chilenos que se declaraba católico en 2008 al 55% que lo hizo en 2018.
"Se trata de un desplome de confianza", aseguró Ricardo González, coordinador del programa de opinión pública del CEP, al dar a conocer los resultados del sondeo que consultó de forma presencial a 1.402 personas, entre el 19 de octubre y el 25 de noviembre de 2018, y que tiene un rango de error del 3%.
La cifra es relevante en un año en que la Iglesia chilena ha enfrentado una ola de denuncias de abusos sexuales a menores que ha puesto en jaque a la jerarquía eclesiástica.
"No es que la gente haya dejado de creer, sino que hay una desconfianza creciente en las iglesias", explicó González. En el caso de la adhesión a la iglesia evangélica, el porcentaje pasó de un 16% a un 17%.
Otro sondeo, del 29 de octubre pasado, mostró también una histórica desaprobación de la Iglesia chilena del 81%, siendo la institución menos confiable para los chilenos de una lista que incluye también a gremios empresariales, tribunales de justicia, el Congreso y varios partidos políticos, según la encuesta difundida por la consultora local Cadem.
La Iglesia chilena arrancó este año con una aprobación del 34%, pero la visita del papa Francisco en enero marcó un punto de quiebre entre los fieles chilenos al desatarse una nueva ola de denuncias sobre abusos.
Francisco, en su cruzada por cumplir su promesa de tolerancia cero ante crímenes sexuales, aceptó durante el año la renuncia de siete obispos chilenos, expulsó del sacerdocio a otros dos obispos eméritos y a los sacerdotes Fernando Karadima y Cristián Precht.
En paralelo, la justicia chilena mantiene más de un centenar de causas abiertas por casos de abusos cometidos o encubiertos por obispos y sacerdotes.