La posibilidad que el presidente de los Estados Unidos sea sometido a un juicio político, despierta expectativas de todo tipo en elpaís del norte.
El problema de imaginar alguna perfección a la mentira sobreviene cuando la verdad llega sobre uno, implacable. El movimiento de unas pocas fichas en el tablero judicial que lo tiene como blanco, ha cambiado en estos pocos días el semblante de Donald Trump y, especialmente, su actitud desafiante que giró a una formulación defensiva aunque cargada de gestos.
Es este singular presidente, y no únicamente sus adversarios como sucedía hasta ahora, quien ha comenzado a darle cuerpo a la palabra impeachment y advertir sobre los supuestos riesgos para el país si se lo atrapara en esa misma red judicial que llevó a la renuncia a Richard Nixon y casi saca de la Casa Blanca a Bill Clinton.
Bill Clinton también se vio comprometido con un affaire cuando fue presidente.