El papa Francisco comenzó una histórica visita a Irak, donde abogó por terminar con la violencia, el extremismo y la intolerancia apenas llegó a Bagdad procedente de Roma.
Francisco, el primer Papa que viaja a Irak, condenó el fundamentalismo y subrayó que "la religión debe servir a la causa de la paz y la unidad" en uno de sus primeros discursos en ese país de Oriente Medio, donde el Sumo Pontífice permanecerá hasta el próximo lunes.
"Que callen las armas y se dé voz a los artesanos de paz", remarcó el líder de la Iglesia Católica, en el comienzo de un viaje considerado "peligroso" por la reciente escalada de violencia en Irak: la visita papal será custodiada por unos 10.000 efectivos de seguridad.
Francisco llegó a este país con el objetivo de reconfortar a la minoría cristiana diezmada por los conflictos y la dureza de la vida y tender la mano al islam chiita.
Minutos más tarde de arribar a suelo iraquí, el Papa mantuvo un encuentro con el primer ministro Mustafa Al-Kadhimi en la sala VIP del aeropuerto de Bagdad.
Luego, participó en una ceremonia oficial de bienvenida en el Palacio Presidencial de la capital de Irak y se entrevistó con el mandatario local, Barham Salih.
Más tarde brindó su primer discurso, frente a autoridades, miembros de la sociedad civil y del cuerpo diplomático, en el Salón Del Palacio Presidencial de Bagdad.
"La coexistencia fraterna entre las religiones necesita del dialogo paciente y sincero; no es una tarea fácil, requiere esfuerzo y compromiso de todos para superar rivalidades y contraposiciones", sostuvo, y agregó: "No más violencia, basta de extremismos, facciones e intolerancia".
De inmediato, el religioso argentino se trasladó hasta la catedral siro-católica de "Nuestra Señora de la Salvación", para brindar su segundo discurso del día ante obispos, sacerdotes, catequistas y seminaristas.
Allí, Francisco, de 84 años, recordó a las víctimas de un cruento atentado ocurrido en 2010: "Su muerte nos recuerda que la violencia y el terrorismo son incompatible con las enseñanzas religiosas", expresó.
"Quiero recordar a todas las victimas de persecuciones pertenecientes a todas las religiones. La religión debe servir a la causa de la paz y la unidad de todos los hijos de Dios", insistió el Papa.
Luego, firmó el Libro de Honor de la catedral y de ese modo finalizó su agenda de actividades prevista para este viernes en territorio iraquí.