En medio de una fuerte presión social, 13 legisladores oficialistas desobedecieron a Piñera y votaron a favor. Los chilenos podrían retirar el 10% de sus saldos y se crearía un sistema complementario de reparto. El modelo no cumple con las coberturas prometidas.
En medio de la discusión mundial sobre el futuro de los sistemas previsionales, las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) chilenas se plantearon como una alternativa a la modalidades de reparto, que rigen en la mayor parte de los países. Sin embargo, a partir de 2011 quedó en evidencia su incapacidad de cumplir la promesa de cubrir hasta el 70% del último salario en actividad.
Ese mecanismo otorga en promedio menos de la mitad del último salario a los ahorristas más beneficiados, mientras que la mayoría recibe pensiones inferiores al salario mínimo, equivalente a 400 dólares.
Esos montos hicieron que el sistema fuera sumando descrédito y que surgiera el movimiento "No+AFP", que se hizo fuerte en las calles con multitudinarias manifestaciones.
Cerca de 11,9 millones de chilenos están afiliados a las AFP, con un saldo promedio en sus cuentas de unos 14.000 dólares.
De aprobarse en el Senado, la iniciativa permitiría el retiro por única vez de hasta el 10 por ciento de los fondos de pensiones, con un mínimo de 1.250 dólares y un máximo de 5.300, en dos cuotas.
Pese a la presión social, hasta ahora ninguna reforma había logrado prosperar en el Congreso, debido al intenso lobby de las AFP, que tienen invertido el dinero en casi todas las áreas de la economía local. Por eso ayer se definía como una "histórica derrota para el Gobierno" y un "histórico avance contra las AFP" la aprobación en Diputados de un proyecto de ley que permite el retiro anticipado del 10% de los fondos como una medida excepcional para hacer frente a la crisis económica derivada de la pandemia.
Un amplio sector de la sociedad chilena considera este paso, concretado el miércoles, como un primer golpe para las poderosas AFP chilenas.
La iniciativa presentada por la oposición, en un Congreso donde la coalición de Gobierno es minoría, contempla además la creación de un fondo colectivo de pensiones, financiado por el Estado y por los empleadores, para compensar la reducción de los fondos jubilatorios. Ese instrumento sería administrado por un ente público autónomo.
"No es sólo el retiro del 10%. La posibilidad de tener dos pensiones paralelas es lo que pone en jaque a las AFP", dijo Hassan Akram, académico de la Universidad Diego Portales, explicando que se abre la posibilidad de que en Chile existan dos sistemas jubilatorios, uno con un componente solidario y uno de iniciativa individual.
"El gran problema de las AFP es la lógica fundamental del sistema, que el pago depende de lo que uno tiene ahorrado", sin incluir ninguna lógica de ahorro colectivo, agregó este experto.
El Congreso demoró años en legislar sobre otro proyecto que prevé aumentar en 6%, con cargo a los empleadores, la actual contribución mensual (alrededor del 13% del salario), un mecanismo que el Gobierno intentó defender para evitar cualquier plan que contemple retiros anticipados de las AFP.
Aunque resta la aprobación en el Senado, la votación en Diputados representa una derrota ideológica para Piñera, debilitado además por no lograr alinear a los parlamentarios de su coalición pese a los esfuerzos que hicieron sus ministros hasta última hora.
Trece parlamentarios oficialistas votaron a favor de la iniciativa, acusando al Gobierno de presentar medidas "insuficientes" para ayudar a la clase media durante la pandemia.