El coronavirus continúa golpeando con fuerza a Brasil, principal foco mundial de la enfermedad, que reportó esta noche 1349 muertos, la cifra diaria más alta desde el comienzo de la pandemia.
El total de fallecidos subió hasta 32.548 personas, según reportó el ministerio de Salud, mientras que los contagios crecieron 28.633 y alcanzaron los 584.016 casos.
El ministerio dijo que 408 de los 1349 muertos perdieron la vida en los últimos tres días, mientras que los otros casos estaban bajo investigación. Otros 4115 fallecimientos están bajo análisis, según consta en el boletín.
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Los datos alarman a epidemiólogos y sanitaristas por el contexto. Mientras los indicadores de muertos e infectados siguen escalando, varias ciudades del país, entre ellas Río de Janeiro, comienzan un proceso de apertura de las economías y flexibilización de las medidas de aislamiento social.
Brasil continúa en el segundo lugar de los países con más infectados, sólo detrás de Estados Unidos, según datos compilados por la universidad Johns Hopkins. El gobierno del estado de San Pablo, el más castigado con más de 123 mil casos, dijo el miércoles que proyecta que en junio pueden duplicarse los infectados
El ministerio de Salud no comentó los datos. Llamativamente el miércoles adujo "problemas técnicos", canceló una conferencia de prensa prevista para la tarde y postergó la publicación de los datos hasta las 22, cuando finalmente se confirmaron números récord.
El miércoles tan negativo para Brasil estuvo empujado por Río de Janeiro. El estado, con la segunda mayor cantidad de casos y muertos del país, registró en un día 324 muertos, el número más alto en la pandemia.
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Más temprano, Brasil había recibido un aliciente al ser confirmado como el primer país fuera de Reino Unido donde se probará la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford contra el Covid-19, la más promisoria entre las más de 100 en etapa de testeos. En la elección de Brasil pesó esencialmente la situación epidemiológica local. Los científicos buscaban una región donde la enfermedad esté fuerte, ya que los 2000 seleccionados para probar la vacuna deberán exponerse al virus.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha minimizado el virus y se ha obsesionado con evitar el freno de la actividad económica. El derechista enfrenta cuestionamientos por la gestión de la crisis y su popularidad ha caído, luego de que Brasil perdiera a dos ministros de salud por diferencias con el mandatario. Bolsonaro nombró hoy a Eduardo Pazuello, un general del ejército sin experiencia ni formación en Salud, como ministro interino de Salud.