Mientras el escrutinio definitivo avanza a ritmo lento, en diversos puntos de Bolivia crecían hoy las protestas, los anuncios de medidas de fuerza y la tensión poselectoral, tanto entre opositores como en sectores cercanos al oficialismo.
La Central Obrera Boliviana (COB) y la Coordinadora Nacional para el Cambio, que aglutina también a otros sindicatos cercanos al gobierno de Evo Morales, se declararon en estado de emergencia y convocaron a una manifestación mañana en el centro de La Paz para defender lo que consideran "la victoria en primera vuelta” del presidente.
Poco después, sin embargo, pequeños grupos oficialistas comenzaron a concentrarse en plazas de La Paz para apoyar al mandatario.
Mientras tanto, en Santa Cruz, un bastión tradicional de la oposición, el Comité Cívico, que reúne a organizaciones de la sociedad civil y que supo liderar las protestas opositoras más fuertes contra el gobierno en esta última década, convocó a un paro por tiempo indefinido a partir de esta medianoche para "evitar" que el presidente no reconozca el resultado definitivo.
Además, convocó al bloqueo de rutas a las 18 (las 19 en la Argentina) e, incluso antes, grupos de opositores comenzaron a congregarse en las calles para denunciar al gobierno por un presunto intento de no reconocer los resultados finales, una acusación que varios miembros del oficialismo ya rechazaron.
Pero las garantías que ofreció el gobierno a la sociedad y a la comunidad internacional no lograron frenar las denuncias de fraude de sectores populares que apoyan al principal candidato opositor, Carlos Mesa.