El presidente ruso, Vladimir Putin, prolongó este lunes hasta finales de 2020 el embargo sobre los productos de alimentación occidentales, en vigor desde 2014 como represalia a las sanciones impuestas a Moscú por la crisis ucraniana.
El decreto, firmado el lunes por Putin, alarga hasta el 31 de diciembre de 2020 la prohibición de importar a Rusia productos alimentarios procedentes principalmente de la Unión Europea.
Estas medidas, tomadas en agosto de 2014, se aplican a la mayoría de productos de alimentación procedentes de los países que sancionan a Rusia por la anexión de la península ucraniana de Crimea, en marzo de ese mismo año, y su apoyo a los separatistas del Este de Ucrania.
Desde entonces, este embargo fue renovado en cuatro ocasiones, a la par que las prolongaciones económicas europeas.
El jueves, los 28 dirigentes de la UE acordaron extender un año las sanciones económicas contra Rusia.
Las sanciones occidentales decretadas contra Moscú, junto a la caída de los precios de los hidrocarburos, hundieron a Rusia en su recesión más larga desde la llegada al Kremlin de Vladimir Putin en 2000.