El parlamento de Israel votó su propia disolución, después de que el primer ministro Benjamin Netanyahu no lograra formar una coalición de gobierno, por lo que habrá nuevas elecciones en septiembre próximo, informó la prensa internacional.
De ese modo, el premier evitó que el presidente Reuven Rivlin le asignara la tarea de formar gobierno a otro parlamentario, que bien pudo haber sido el principal adversario de Netanyahu, Benny Gantz.
Rivlin había advertido que si no se alcanzaba un acuerdo para formar gobierno, decidiría entre encargarle un nuevo intento a otro legislador o llamar nuevamente a elecciones.
El voto de esta noche neutralizó la posibilidad de que Rivlin encargara la formación de un gobierno a otro diputado y obliga a ir a las urnas por segunda vez en el año, luego de los comicios del 9 de abril.
Es la primera vez, desde la creación del Estado de Israel, que deben repetirse elecciones.
El principal partido opositor, Azul y Blanco, que lidera Gantz, acusó a Netanyahu de atentar contra la democracia.
El motivo del impedimento de alcanzar una coalición de gobierno es el texto de la ley de reclutamiento al servicio militar obligatorio para los judíos ultraortodoxos, tema que ya había provocado la convocatoria anticipada a las últimas elecciones.
Dicha ley provocó una fisura dentro de la coalición que encabezaba Netanyahu, pues enfrentó al partido del ex ministro de Defensa Avigdor Lieberman, Israel Nuestro Hogar, que la impulsó, con Shas y Judaísmo Unido de la Torá, dos agrupaciones ultraortodoxas que la rechazaron.