Ambos países anunciaron ayer miércoles que temporalmente dejarán de realizar sus operaciones de adiestramiento militar y asistencia.
El Ejército alemán tomó la iniciativa. A primera hora del miércoles comunicó la suspensión hasta nueva orden de sus operaciones de entrenamiento militar de iraquíes, por el riesgo provocado por las recientes tensiones con Irán en la región.
"El Bundeswehr suspendió su formación", dijo a la prensa el portavoz del Ministerio alemán de Defensa, Jens Flosdorff, respondiendo a una pregunta sobre la presencia de Alemania en Irak ante las tensiones con Irán en la región.
El portavoz habló de "más vigilancia" del ejército alemán en el país, sin descartar que los ejercicios de entrenamiento puedan retomarse "en los próximos días" si la situación lo permite.
La decisión fue tomada junto a otros países que entrenan a militares en la región, añadió el portavoz. De hecho, una hora más tarde, el gobierno holandés informó la suspensión de una misión en Irak que proporciona asistencia a las autoridades locales debido a una amenaza a la seguridad, según informó la agencia de noticias ANP.
La ayuda personal militar holandesa entrena a las fuerzas iraquíes en Erbil, al norte de Irak, junto con otras tropas extranjeras. Por su parte, el ejército alemán tiene actualmente 160 soldados desplegados en Irak, donde entrena a soldados, y también en el Kurdistán iraquí, donde dan apoyo a los peshmergas, los combatientes kurdos.
Las medidas de Alemania y Holanda se conocieron luego de que el departamento de Estado de Estados Unidos ordenara a todo el personal no imprescindible que abandone la embajada en Bagdad y el consulado en Erbil, delegaciones diplomáticas en Irak.
Estados Unidos ha incrementado la presión sobre Irán en los últimos días, acusándole de planear ataques "inminentes" en la región y reforzando su presencia militar en el Golfo con el envío de un portaaviones, un escuadrón de bombarderos y un buque de asalto anfibio.
"La habilidad del gobierno de Estados Unidos de proveer servicios de rutina y de emergencia a ciudadanos estadounidenses en Irak es extremadamente limitads", señala un comunicado del departamento de Estado, en el que también se recomienda no viajar a Irak por peligro de "terrorismo, secuestro y conflicto armado".
El domingo la embajada estadounidense en Bagdad ya había pedido a sus ciudadanos que"permanecieran alertas" ante el aumento de tensiones en Irak, mantuvieran un bajo perfil y evitaran los lugares de esparcimiento asociados a estadounidenses.
Las tensiones en alza entre Estados Unidos e Irán están afectando a todo el Medio Oriente, especialmente luego de que el asesor en seguridad nacional del presidente Donald Trump, John Bolton, anunciara a comienzos de mayo el envío del portaaviones USS Abrahm Lincoln al Golfo para enviar un "mensaje claro" a Irán.
Washington justificó la medida alegando haber recibido un informe de inteligencia en el que Teherán llamaba a las guerrillas y grupos terroristas bajo su protección en la región a atacar personal de Estados Unidos y sus intereses.
Pero lo cierto es que ambos países encuentran en medio de una escalada de tensiones desde que en 2018 Trump anunciara el retiro de su país del acuerdo nuclear firmado en 2015 por Irán, citando como razón la expansión de influencia persa en Irak, Siria, el Líbano y Yemen.
El martes incluso el secretario de Defensa de Estados Unidos, Patrick Shanahan, aseguró que su país contempla el despliegue de 120.000 soldados en Medio Oriente en caso de que las tensiones se disparen, un número similar al empleado en 2003 durante la invasión de Irak.
En ese momento Estados Unidos derrotó en poco tiempo a las tropas del ejército iraquí y provocó la caída del dictador Saddam Hussein, pero debió enfrentarse luego a una larga y sangrienta guerra de ocho años contra numerosos grupos insurgentes, algunos de ellos yihadistas, que brotaron en el caos y como resistencia a la presencia estadounidense en el país.
A contramano de estos movimientos, uno de los portavoces de la coalición internacional que combate el yihadismo en Siria e Irak había rechazado este martes que Irán suponga una creciente amenaza para sus tropas. "No se ha producido un aumento en las amenazas de fuerzas respaldadas por Irán en Irak o en Siria", dijo el mayor general británico Christopher Ghika, quien ofreció una rueda de prensa desde Bagdad.
Sin embargo, el Ministerio de Defensa del Reino Unido difundió este miércoles un comunicado aclaratorio. "Sus comentarios se basan en el día a día de operaciones militares y su único foco está puesto en derrotar a ISIS. (Ghika) dejó en claro en su declaración al Pentágono que hay una "amplia gama de amenazas a fuerzas estadounidenses y de la coalición en esta parte del mundo". Siempre las hubo y es por eso que tenemos una robusta gama de medidas de protección. El Reino Unido siempre ha sido claro en su preocupación por el comportamiento desestabilizador de Irán en la región".