Funcionarios estadounidenses citados por el Wall Street Journal aseguran que el régimen se alista para usar la letal arma química sobre el último bastión rebelde, a pesar de las advertencias de represalias emitidas por Washington
El dictador sirio Bashar al Assad aprobó el uso de gas cloro durante la ofensiva en curso sobre Idlib, último bastión rebelde en el país, según indicaron el domingo fuentes en el Departamento de Defensa de Estados Unidos citadas por el Wall Street Journal.
La revelación llega días después de que Estados Unidos prometiera una "respuesta rápida" si Damasco volvía a usar armas químicas contra la población, como ya hizo en 2017 y en abril de este año.
En el reporte se cita a funcionarios del Departamento de Defensa, en condición de anonimato, que aseguran que Al Assad a permitido el uso del gas cloro. No estaba claro si también había permitido también la utilización del sarín, un arma química mucho más letal.
Si bien el Pentágono prepara un plan de ataque en caso de que efectivamente estos agentes sean usados, Washington también analiza la posibilidad de usar otras alternativas, como sanciones económicas.
"Dejémoslo claro, constituye nuestra firme posición que si el presidente Bashar al Assad elige usar armas químicas, los estados Unidos y sus aliados responderán rápida y apropiadamente", ha dicho la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
El régimen sirio ha utilizado armas químicas numerosas veces durante la guerra civil que afecta al país desde 2011, especialmente gases mostaza y cloro, y también el agente sarín.
Además, grupos terroristas como el Estado Islámico (ISIS) también los han usado en cantidades limitadas y tras capturar almacenes del ejército sirio.
En el caso del cloro, cuyo empleo habría sido aprobado por Al Assad, se cree que su última utilización tuvo lugar en abril de este año, cuando el régimen lo lanzó sobre el pueblo de Douma, en el sur, matando a al menos 70 personas.
De común uso industrial y civil, el cloro es un elemento químico que en estado gaseoso constituye una potente arma química estrenada en la Primera Guerra Mundial.
Su principal efecto sobre las víctimas es la asfixia, y lanzado en ambientes cerrados puede ser extremadamente letal, aunque no alcanza los niveles de sustancias mucho más mortales como el sarín, también usado por Damasco durante la guerra civil Siria.
Hasta el momento, Estados Unidos y sus aliados lanzaron dos ataques de represalia sobre bases sirias. El primero ocurrió en abril de 2017, cuando Washington lanzó en soledad y por orden del presidente Donald Trump un bombardeo con misiles de crucero sobre el aeródromo Shayrat, tras el uso de sarín contra la población en Khan Shykhun.
El segundo tuvo lugar en abril de este año e incluyó también a las fuerzas armadas de Francia y el Reino Unido, y fue en respuesta al ataque en Douma.