Referentes del área de transporte de seis ciudades, entre ellas Buenos Aires, compartieron en Moscú sus perspectivas sobre las nuevas tendencias y desafíos que enfrenta el sector
(Moscú, enviado especial). La cantidad de autos que circulan figura en la lista de preocupaciones de las autoridades de las principales ciudades del mundo. El problema es doble -por un lado, dificultan el tránsito; por el otro, producen contaminación- y las soluciones, múltiples. Hay países que castigan a la usuarios con impuestos para restringir la compra de vehículos particulares. Otros, menos agresivos, trabajan para mejorar el sistema de transporte público y lograr algo que muchos creen imposible: que un conductor abandone su auto y utilice una bicicleta, tren o colectivo para ir a trabajar. Este tema, entre tantos otros, debatieron representantes del sector en Amsterdam, Buenos Aires, Singapur, Berlín, Madrid y Montreal en la Cumbre de Líderes de Transporte que se celebró esta semana en Moscú.
Por parte de la ciudad anfitriona habló Maksim Liksutov, vicealcalde y jefe del Departamento de Transporte, quien ofreció un panorama de la capital rusa en 2009. En ese entonces, dijo, el escenario era adverso. Estacionamiento caótico en las calles, un altísimo nivel de congestión, un sistema de transporte público que no daba abasto, un 90 por ciento de taxis ilegales, colectivos viejos, y solo un 40 por ciento de los habitantes preferían moverse autos privados. En la actualidad, sostuvo, la situación es distinta. "Hoy priorizamos a los peatones y ciclistas", sintetizó antes de mostrar algunos resultados de su gestión. Habló de mejoras en el subte (incorporación de estaciones, reducción del tiempo de espera, mejoras en la conexión entre ciudades); en colectivos electrónicos (nuevas unidades, rutas y paradas), y de la implementación de nuevos modos de movilidad (transporte compartido, monopatines y bicisendas).
Luego fue el turno de Amsterdam, representada por Arjan Van Vliet, gerente de Innovación del Ministerio de Infraestructura, quien remarcó la importancia del desarrollo de un sistema de transporte público y de la búsqueda constante de soluciones innovadoras que permitan mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. "El transporte se inició con trenes a vapor y no se sabía cómo mejorarlos ni garantizar seguridad. Cuando surgen nuevos medios, lo primero es la seguridad, y nosotros hemos acumulado mucha experiencia en los últimos 200 años", destacó. En esa línea, Van Vliet señaló: "Los nuevos medios que aparecen tienen que formar parte de una infraestructura existente, tener valor social y ser accesibles".
Durante su presentación, Esteban Galuzzi, subsecretario de Tránsito y Transporte de la ciudad de Buenos Aires, exhibió números y gráficos que reflejan el funcionamiento de las redes de metrobus, trenes, bicisendas y subtes. "La prioridad es siempre fortalecer el sistema público, por ejemplo con la zona de restricción en Tribunales, que revitalizó el área, y con las nuevas ciclovías. Tratamos de ofrecer al usuario cada vez más y mejores opciones para que cada vez sea menos necesario usar el auto", dijo. Luego dedicó unos minutos a hablar sobre episodios que sufren las mujeres todos los medios de transporte. Recordó que el 54% de ellas sufrieron acoso en una parada o estación y que un 34% fueron manoseadas adentro del colectivo. El número dos de Juan José Méndez, quien se ausentó al evento por problemas de agenda, aportó un dato: hay 16.000 cámaras en 4.000 buses que permiten prevenir este tipo de situaciones. Sobre el final de la ponencia, Galuzzi mencionó que pronto el gobierno porteño regulará el servicio de monopatines en la ciudad.
Jeremy Jap, subdirector ejecutivo de Singapur, uno de los países con mayor densidad de población (5.636.000 personas viven en una superficie de apenas 742 kilómetros cuadrados), se mostró atento al crecimiento poblacional y el aumento en la demanda de viajes, y a las diversas necesidades y expectativas de los habitantes. Es difícil adquirir un auto en Singapur: la ciudad Estado asiática impuso una serie de medidas que desalientan la compra, empezando por los impuestos altísimos que invitan a hacer uso del transporte público. Hoy el 71% de los viajes se hacen caminando, en bicicleta o en otros medios y para 2040 la expectativa es que el 90% de los recorridos en hora pico se hagan de esta manera, explicó Jap.
Por Berlín habló Sigrid Evelyn Nikutta, CEO de Berliner Verkehrsbetriebe, la empresa que maneja casi todo el transporte público de la capital alemana. La compañía tiene en su poder 3.000 vehículos que trasladan 14.600 millones de personas por año. Nikutta nombró tres apuestas a futuro: conducción eléctrica, transporte sin restricciones para discapacitados y la integración de los servicios. A partir de ahí anunció la incorporación de 135 autobuses eléctricos para 2021, dijo que el año próximo garantizarán el acceso de personas con movilidad reducida a todas las estaciones de subte (en colectivos y ferris ya es un hecho), y se refirió a Jelbi, una aplicación que nuclea a todos los servicios de transporte que funcionan en el territorio, desde comprar un boleto de tren hasta compartir un auto, una tendencia que crece en las principales ciudades del mundo.
Sergio Fernández Balaguer, a cargo del área de proyectos de investigación de la Empresa de Transportes de Madrid SA, también manifestó la preocupación por la contaminación que producen los autos y la necesidad de desalentar su uso. "Tenemos un problema de competencia entre el transporte público y privado", reconoció. En ese contexto el funcionario se refirió al Plan de Calidad del Aire de la Ciudad de Madrid y Cambio Climático, denominado Plan A, que incluye una batería de medidas para reducir la polución y los gases de efecto invernadero.
La misma preocupación expresó Philip Schnobb, presidente del consejo de administración de la Société de transport de Montréal (STM), al indicar que, a pesar de que la mayoría de los ciudadanos eligen moverse en medios públicos, el transporte genera el 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero. "Necesitamos aumentar el número de viajes realizados en sistemas de movilidad sostenibles y reducir los recorridos individuales en auto, si queremos alcanzar nuestros objetivos", dijo. Y remató: "Sacar a los automovilistas de sus vehículos es un gran desafío. Algunos dicen que el derecho a manejar se puede comparar con una enfermedad mental, y no está lejos de la realidad…".