Un veterano de la Guerra de Malvinas busca recuperar el casco que le salvó la vida en la batalla de Monte Longdon, y que 37 años después del conflicto será subastado mañana en Inglaterra con una base de más de medio millón de pesos.
“La esquirla me pegó justo en la frente, e incluso en las fotos de la página de subastas se puede ver el agujero que le dejó; a mí esa herida me sacó el ojo izquierdo y perdí tejido encefálico de la zona izquierda del cerebro que coordina la conducción del brazo derecho, la pierna derecha y el habla”, describió.
Altieri apuntó, además, que “todavía recuerdo lo fría que se sentía sobre mi cara la sangre que me brotaba de la cabeza, porque en el frío de las islas todo se congelaba enseguida; mis compañeros me bajaron del monte al pueblo ni bien pudieron, allí me hicieron curaciones y el 14 de junio me replegaron al continente sin darme cuenta que el casco había quedado allá, dónde lo encontró uno de los paracaidistas ingleses que habíamos combatido en el monte”.
“Pensé que no iba a volver a ver ese casco que me salvó la vida nunca más, hasta que hace cuatro años un muchacho me informó que mi casco estaba en una subasta en internet en Londres; yo al principio no lo creí posible, pero él me mostró las fotos en las que se veía el agujero de la esquirla y la etiqueta que yo le había puesto con mi nombre y regimiento del lado de adentro”, indicó.
El veterano añadió que “mi amigo me ayudó a entrar a la subasta por internet e hicimos una oferta de 400 libras, pero faltando un minuto para el cierre este señor que ahora lo está vendiendo hizo una oferta de 800 y no nos dejó tiempo a responder”.
“En estos años nos comunicamos con él, le contamos la historia e incluso le ofrecimos hasta mil libras por el casco, pero el primero se negó a venderlo y después nos pidió 5.000 libras que no podíamos juntar”, subrayó.
Altieri contó que “hace poco nos enteramos que sacó el casco a una subasta que vence mañana y que le puso una base de 10.500 libras que son algo así como medio millón de pesos nuestros, cosa que me dejó muy dolido pero que hizo que mucha gente se ponga en contacto conmigo para expresar su solidaridad”.
“Ahora espero tener suerte y que algún funcionario estatal o alguien de la Cancillería se pueda poner en contacto conmigo para ayudarme a negociar con este señor, yo no quiero que me regale el casco, si me deja puedo juntar plata para pagárselo e incluso que gane algo por encima de las 800 libras que puso, pero no llego a lo que está pidiendo ni de casualidad”, agregó.
Altieri aclaró que “sé que hay un tratado que protege a los equipos que llevan puestos los soldados al momento del final de la guerra; el casco, el uniforme y el correaje deberían ser restituidos al soldado si está vivo y se lo puede identificar como es este el caso, sólo de podían incautar las armas”
“Estoy esperando a ver qué pasa mañana con el cierre de la subasta, para ver si hay ofertas o en manos de quien queda el casco, pero por ahora me va a quedar sentarme en la computadora y ver las fotografías”, completó el veterano.