Los empleados eran de Río Tercero y Villa María, en Córdoba, la sede central en Buenos Aires y la de Fray Luis Beltrán, Santa Fe.
El último día laborable del año se convirtió en una pesadilla para los empleados que se sumaron a la lista de más de 500 personas que fueron desafectadas de la empresa en 2017 y 2018.
"Como se dio el año pasado, se dio nuevamente ahora. Ellos dicen "no renovación", nosotros decimos que son despidos encubiertos", expresó Alberto Laburia, de la Comisión interna ATE-FM, al canal C5N.
"Ellos dicen que la empresa está en un momento de muy buena rentabilidad, pero siguen sacando trabajadores y no sabemos qué pretenden de nosotros", expresó el gremialista.
"Dicen que hay que hacerlo para que la empresa sea rentable, pero si quieren que sea rentble que no sea un quiosco", disparó Laburia. "Se ha dejado de producir y vender como estabamos vendiendo, y permitiendo que se siga importando el material", convino.
"Tenemos material para producir y vender a todas las fuerzas de seguridad nacionales y de las provincias, pero si no nos preocupamos y permitimos que se sigan comprando en el exterior y haciendo negociados, permitiendo que los amigos del gobierno intervengan en las licitaciones, es obvio que nosotros vamos a tener problemas", sentenció.