Dormir mal o a deshoras afecta la salud y la calidad de vida
Una de las consecuencias del aislamiento social obligatorio es la alteración del ciclo de sueño, que afecta el sistema inmunológico y que hace que aumenten las posibilidades de enfermarse, afirmó el biólogo e investigador del Conicet Diego Golombek.
Domingo, 10 de Mayo de 2020
Una de las consecuencias del aislamiento social obligatorio -y especialmente para las personas que deberán someterse a una cuarentena extendida- es la alteración del ciclo de sueño, que afecta el sistema inmunológico y por lo tanto hace que aumenten las posibilidades de enfermarse, afirmó el biólogo e investigador del Conicet Diego Golombek.
"Si no dormimos bien o dormimos poco o a deshoras las consecuencias son múltiples", explicó a Télam Golombek, quien está al frente de un equipo que desarrolla la investigación "Desafíos cronobiológicos asociados al aislamiento", que fue seleccionada en el concurso organizado por la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), del ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MinCyT).
"La gente comenta anecdóticamente que duerme mal, que duerme a cualquier hora, que sueña raro", dijo el científico sobre los cambios de rutina que trajo el aislamiento social obligatorio en las personas y señaló que "un adecuado ciclo de sueño-vigilia es fundamental para la salud y la calidad de vida".
Un aspecto importantes es que "al no tener rutinas establecidas o tan fuertes como lo normal la gente se está yendo a dormir más tarde, acompañada de pantallas (televisión o celulares) y se despierta más tarde; por lo tanto se deja de exponer a las horas de luz de la mañana que son las importantes para poner en hora el reloj biológico".
"Nosotros en el proyecto vamos a investigar este fenómeno, sobre todo orientado a aquellas personas que tengan que someterse a una cuarentena más extendida", explicó el biólogo, investigador principal del Conicet y profesor de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), donde dirige el Laboratorio de Cronobiología, una disciplina que estudia los ritmos biológicos de los seres vivos.
Golombek aseguró que la primera etapa del proyecto buscará recabar datos objetivos "a través de encuestas, por vías digitales o telefónicas o llegado el caso más adelante en forma presencial" y señaló que tienen pensado, además, "crear una aplicación para celulares, para consignar los datos en los ciclos circadianos".
"El ritmo circadiano es el ciclo natural de cambios físicos, mentales y de comportamiento que experimenta el cuerpo en un ciclo de 24 horas. Se ven afectados principalmente por la luz y la oscuridad, pueden afectar el sueño, la temperatura del cuerpo, las hormonas, el apetito y otras funciones del cuerpo", detalló.
El especialista abundó que "cuando este ciclo se rompe, y especialmente cuando esta alteración es crónica, sabemos que tiene consecuencias en el metabolismo y en el sistema inmune del organismo".
"Sobre los datos recabados podremos elaborar una serie de recomendaciones para la higiene del sueño, para la población en general y especialmente para la población sometida a este tiempo de cuarentena prolongada", agregó sobre el estudio en marcha.
Equipo de investigación Junto a Golombek trabaja un equipo conformado por investigadores principales del Conicet y otros especialistas, que integran Lía Frenkel, de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, quien es codirectora del trabajo; María Fernanda Ceriani de la Fundación Leloir; Daniel Vigo, de la Universidad Católica Argentina; Daniel Pérez Chada, del Hospital Austral y Juliana Leone de la Universidad Di Tella, además de colaboradores extranjeros.
"Nos juntamos todos los científicos y estamos unidos en tratar de mejorar la calidad de vida de todos", señaló Golombek.
Sobre los plazos para tener alguna conclusión, precisó que "ya empezamos a tomar datos, estamos definiéndolos ahora y el objetivo es tener en tres meses un primer corte de datos y de acá a seis meses ya estaría avanzada la propuesta".
El estudio que encabeza Golombek fue uno de los 64 elegidos por un jurado compuesto por 26 académicos que analizaron un total de 900 iniciativas para financiar "proyectos de investigación, desarrollo e innovación orientados a mejorar la capacidad nacional de respuesta a la pandemia en el país", según informó la Agencia I+D+i,
Cada uno de los trabajas seleccionados recibirá la suma de 100 mil dólares para continuar los estudios, que abarcan distintas disciplinas.