La localidad bonaerense de Merlo se convirtió en escenario de un tremendo y cruento suceso, ya que un anciano, de 93 años, fue salvajemente asesinado a balazos frente a su esposa por un delincuente, con quien se enfrentó a disparos para impedir que desvalijara la vivienda de la pareja. El responsable del crimen se dio a la fuga en un colectivo, aunque finalizó detenido en Mariano Acosta.

Así fue el hecho

Al respecto, los voceros de los tribunales de Morón revelaron que la infortunada víctima fue identificada como Julio César Francisco Guerrero, jubilado, de 93 años. Trascendió que los hechos comenzaron el sábado pasado cuando el nonagenario y su mujer, llamada Lidia Rosa Ponce, de 76 años, descansaban en su finca, situada en Tucumán al 1800, casi en el cruce con la avenida Bicentenario, en el citado distrito, en el oeste del conurbano provincial.

En dichas circunstancias, un individuo, provisto de un arma de fuego, ingresó al inmueble con fines de robo y amenazó de muerte a los damnificados. Sin embargo el anciano se apoderó de un revólver 38 largo que tenía en el domicilio y se enfrentó a disparos con el brutal sujeto, quien logró herirlo de bala en el rostro.

Guerrero cayó ensangrentado ante la espantada mirada de la septuagenaria, mientras que el agresor, que se apoderó del revólver del anciano y de un televisor, huyó a la carrera de la vivienda. Momentos después, en la esquina de 20 de Junio y Vidt, en Mariano Acosta, un hombre les avisó a los integrantes del Comando Patrulla (C.P.) de Merlo de que había visto a un individuo, que tenía 2 armas, descender de un colectivo con una bolsa, en cuyo interior llevaba el electrodoméstico.

Como consecuencia de dicho motivo, los pesquisas comenzaron a rastrillar el humilde vecindario y, en proximidades de la mencionada esquina, apresaron al malviviente, de nombre Marcos Tomás Cosme, de 18 años, incautándose en su poder 2 revólveres 38 -uno CTG largo y el otro Smith & Wesson corto- y el televisor sustraído.

Por su parte, Guerrero tuvo que ser trasladado, de urgencia, al Hospital Eva Perón, en Merlo, donde fue operado por los médicos, quienes lo derivaron a una clínica ubicada en Ciudad de la Paz al 1100, en el barrio porteño de Colegiales, donde dejó de existir a raíz de sus graves heridas.