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Argentina Crimen y Justicia

El robo del milenio: la banda 'fantasma', un linyera rehén y el ladrón que quiso emular Robin Hood

El robo al Banco Macro es uno de los casos más enigmáticos. Ocurrió en 2011, pero los ladrones nunca cayeron y los millones de dólares nunca aparecieron. Policías involucrados y el testimonio del vagabundo que rechazó un fajo de dólares de los asaltantes

Sabado, 27 de Octubre de 2018
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Antes de irse con las bolsos llenos de millones de dólares, uno de los enigmáticos asaltantes sacó un fajo y se lo revoleó a uno de los tres rehenes.

"Gordito, esto es para que te compres ropa, te bañes y vayas a comer a un lugar piola, tenés que cambiar de vida y esta es una buena forma de arrancar", le dijo el ladrón.

El pasamontañas que llevaba puesto impidió ver si sonrió después de decir esas palabras. El beneficiado con ese regalo prohibido fue un linyera que dormía en el sector de cajeros del banco Macro de avenida Callao 268, entre Sarmiento y Perón, a dos cuadras del Congreso Nacional. Uno de los tres rehenes del que es considero uno de los mayores robos de los últimos 10 años.

El asalto ocurrió el 6 de marzo de 2011 (un viernes a la noche) pero sigue siendo un misterio. Los miembros de la banda nunca fueron detenidos y el vagabundo estuvo desaparecidos unos años. Eso no es todo: los investigadores llegaron a sospechar que no era un mendigo, sino cómplice de la banda. Hasta se habló de un mafioso ferroviario que comandaba una banda de indigentes que cometía desde robos hasta aprietes.

Los ladrones entraron en el banco por un boquete hecho desde el local del primer piso, donde tiene su sede el Instituto Argentino de Seguridad e Higiene. En el botín había dólares, euros, yenes, libras, títulos de propiedad, joyas (entre ellas dos anillos de platino con brillante de medio kilate valuados en 10.000 dólares), bonos, armas antiguas y óleos. Vaciaron 99 de las 256 cajas de seguridad. Se estima que el botín supero los 30 millones de dólares.

Cuando huyeron, los rufianes escribieron en la pared con un cascote: "No será el robo del siglo, pero sí el del milenio". Fue un claro mensaje al famoso robo al Banco Río de Acassuso, ocurrido el 13 de enero de 2006. En ese asalto, la banda dejó escrito un mensaje en la bóveda: "En barrio de richachones, sin armas y sin rencores, es sólo plata y no amores".

Dos de los acusados, según consta en la causa tramitada en el Juzgado Nacional en lo Criminal nº 21, son Rolando Pedro Quiroga Pardo, encargado del edificio del Instituto Argentino de Seguridad e Higiene, y su hijo.

Ellos habían dicho que los habían tomado como rehenes, pero se sospecha que fueron cómplices. "¿Sabés qué dice de mí los que investigan?", acostumbraba a preguntar Quiroga Pardo a los medios que cubrieron el golpe. El hombre dijo que los delincuentes entraron cuando él abrió la puerta para recibir una pizza que había pedido.

"Es raro que una banda que actuó con tanta planificación haya dejado al azar la entrada a ese lugar", argumenta una fuente judicial que pone en la lupa a los Quiroga.

"Había un linyera, al que encerraron durante el robo, pero no lo vi más por acá, hasta lo tuvieron de sospechoso. Llevaba cinco años durmiendo en la puerta del banco y cuidando los autos o pidiendo limosna", contó uno de los empleados de un negocio de ropa situada a en la misma cuadra que el banco.

Durante una recorrida por el lugar, Infobae encontró a Quiroga Pardo en la puerta del Instituto de Seguridad e Higiene. Las personas que entraban en el lugar lo saludaban con simpatía.

?Sigo trabajando en el mismo lugar de siempre porque soy un hombre honesto ?le dijo a Infobae.

?Sin embargo para los investigadores usted fue secuaz de la banda.

?En el juicio quedará demostrado cómo fue todo. A esa noche nunca la voy a olvidar. Con mi hijo pretendíamos comer pizza para distendernos y aparecieron primero dos tipos trajeados. Que en realidad yo los conocía.

?¿Cómo los conoció?

?Porque hacía unos días habían pasado para averiguar los cursos que se daban en el edificio. Se hicieron pasar por estudiantes. Recorrieron el lugar. Dejaron unos papeles, no recuerdo si olvidados o con otra intención, y la noche del robo llamaron para pasar a buscarlos. Fue ahí que aparecieron. Les dije que no había problema. Pero resultaron ser asaltantes.

?¿Qué recuerda de ese día?

?Que ellos le abrieron al resto de la banda, nos tomaron de rehenes y se pusieron a hacer los boquetes.

?¿Que sabe de la historia del linyera?

?Hubo todo un tema en relación a eso. El pibe cuidaba autos en la cuadra y por la noche dormía en el banco. A él lo tomaron como rehén. Justo antes del asaltó los tres estábamos jugando a las cartas. Después nos metieron en un aula vigilados por un ladrón armado. El pibe se quedó dormido un rato.

?¿Por qué cree que a usted y a su hijo los imputaron?

?¡Al linyera también! Después lo desvincularon. Es una locura. Yo laburé toda mi vida. Hasta el día de hoy lo sigo haciendo y usted podrá ver cómo me saluda la gente que entra en el edificio. Mi hijo quedó traumado por todo esto.

?¿Y el linyera dónde anda?

?Por un tiempo se guardó por temor, pero no hace mucho volvió a la zona. Da una mano en un kiosco de diarios y revistas, a unas diez cuadras de acá, y vive en una pensión.

?¿Es verdad que la banda quiso dejarle una especie de atención?

?Si, le tiraron un fajo con dólares. No sé si eran diez mil o cinco mil de los verdes. Pero él no aceptó,no sólo porque es un pibe honesto, sino porque hubiese sido un problema que lo aceptara. Lo convertía, de alguna manera, en sospechoso o compinche de los malandras.

Aparece el linyera

Al final, Infobae pudo dar con el linyera. Lo encontró en un bodegón de la calle Sarmiento, en Once. "Si quieren que hable, tienen que poner guita. Pero ni así voy a hablar. Yo no tuve nada que ver. Sigo teniendo miedo. A la cana y a los chorros. Antes de irse, los tipos me dejaron guita, pero no la manoteé para no tener quilombo, quiero vivir en paz", dijo el linyera.

?¿Usted declaró, Ramón?

?¿Cómo me encontró y cómo sabe mi nombre?

?Los vecinos lo conocen y dicen que siempre viene a comer acá. Y su nombre figura en el expediente.

?Qué chusma es la gente. Nunca quise aparecer en la prensa. No se le ocurra sacarme una foto.

?Quédese tranquilo, sólo me interesa hacerle unas preguntas.

?Mucho no tengo para decir.

?¿Pero confirma que fue tomado como rehén?

?Claro. Estuvimos como más de diez horas mientras ellos buscaban la forma de sacar la plata.

?¿Los ataron?

?No. Nos encerraron en un aula y uno de los tipos tenía el fierro encima. Cualquier movimiento era ser boleta. Estaban con pasamontañas y bien vestidos.

?¿Los trataron bien?

?Sí, pero casi no nos hablaban. Estaban en la suya. Nosotros no vimos cuándo entraron en el banco. Ni qué hicieron ahí. Yo sólo vi a tres pero dicen que eran como diez.

?¿Se arrepiente de no haber aceptado el dinero?

?No, esa guita estaba marcada. Ellos me dijeron: "Che, esto es para vos". Les dije que no.

?¿Y cómo reaccionaron?

?No lo podían entender. Insistían. "Dale, manoteala, gordito, si es del banco". Y yo seguía en la mía. "¿Dónde vivís?", me preguntaron. En la calle, les dije."Sabemos que estás en la lona, que no tenés ropa y andás siempre con la misma frazada, acá hay guita de los políticos que están en el Congreso, por culpa de ellos estás así", me dijo uno. Yo estaba sucio y solía dormir en la calle o en el banco tapado con una frazada. "¿Estás seguro que no la querés?". Estoy seguro, les dije. Muy seguro. "Sos pobre pero honesto, te felicito", dijo el ladrón. Gracias, pa, le dije yo. "Es tu decisión, y es una lástima porque no nos dejás ser Robin Hood", dijo. Al final se fueron con los bolsos llenos de plata.

?¿Nunca más supo de ellos?

?Nada, ni siquiera sabía que habían dejado un mensaje. Me borré porque tuve miedo. No le vi la cara a ninguno de ellos, pero es un caso pesado. Hay ladrones y policías metidos. Unos linyeras dicen que cobraron propina de la banda, ellos dormían justo donde los ladrones dejaron los autos. Pero eso lo de dicen ellos, lo único cierto creo es lo que viví yo.

?¿Cuántos años durmió en la calle?

?Más de siete. Mi viejo murió y apareció el dueño de la casa que ocupábamos con mi familia y nos tuvimos que ir a la calle. Nunca pensé que iba a ser rehén de un gran robo. Una vez me robaron todas mis cosas mientras dormían, pero serían unos rateros. Estos eran señores.

?¿Se sorprendió cuando sospecharon que usted fue cómplice?

?Me enteré cuando me llamaron a declarar. Pero se dieron cuenta que habían metido la pata. Lo mío no sé si es mala o buena suerte. Tenían 500 bancos para robar pero justo entraron en ese. Tenían todo planificado. Pensar que no aparecieron nunca. Si leen esto, quiero decirles que conseguí un laburito y vivo en una pensión. Listo, acá se termina la nota.

Sospechosos fantasmas

En la etapa de instrucción hubo más sospechosos: dos empresarios de la noche, dos barrabravas y tres asaltantes, pero faltaron pruebas para incriminarlos. Uno de los apuntados era un experto ladrón de joyerías que murió de un infarto en 2013. Su ADN estaba en una de las latas de gaseosa que tomaron los asaltantes.

Los más comprometidos hasta ahora son los ex policías de la Federal, Jacobo Mikic y Marcelo Amarilla, por entonces subcomisario de la comisaría 5ta, ubicada a dos cuadras del banco.

   

La hipótesis principal es que los policías liberaron la zona para que la banda ejecutara el robo: por la avenida Callao, donde está el banco, no pasó ningún patrullero cuando los boqueteros vaciaban las cajas. En medio de la investigación, apareció un grupo de supuestos espías que recorrieron algunas redacciones para vender una carpeta con fotos e información de la banda.

Además, los uniformados esa noche estaban de franco. En su pedido de elevación a juicio, Pablo Slonimsqui, abogado que representa al Banco Macro, fue contundente:

"Mientras se violentaban las cajas de seguridad los dos policías aguardaban junto a sus esposas en un estacionamiento ubicado a 150 metros del banco, pese a que se encontraban de franco y residían en las localidades de Merlo y Florencio Varela, con el objeto de prestar apoyo exterior, al menos, mediante la utilización del aparato que permitía escuchar las modulaciones policiales en la jurisdicción. Ese lugar fue utilizado en toda la jornada por ambos imputados como base de operaciones. En su testimonio, uno de los imputados explica que habían ido a cenar "calzones" a la pizzería La Continental, puesto que allí les hacían descuentos y podían utilizar el estacionamiento. Lo cierto es que los videos registrados en las cámaras de seguridad puede verse a Mikic, aproximadamente a las 14:09 del día 7 de marzo de 2010, llevando una bolsa oscura, que lejos de contener "una Cindor y bizcochitos", como afirmó el nombrado, pareciera cargar efectos de valor o dinero. Y en el mismo lugar Amarilla y Mikic se abrazan efusivamente, el día indicado, a las 14:58, luego de haber estado juntos durante la mayor parte de la noche y en el transcurso del operativo, conducta que bien podría obedecer a la celebración por la consumación del robo".

Un policía que participó en la pesquisa siguió el rastro de dos sindicalistas"Creemos que uno de ellos festejó el cumpleaños de 15 de una de sus hijas usando plata del botín y regalándole un anillo de oro valuado en 10 mil dólares", dijo.

Otro detective minimizó ese tipo de pistas porque eran "pescado podrido". "Una de ellas señalaba al supuesto matón de un sindicalista ferroviario que lideraba un grupo comando de indigentes. Eso es inverosímil. Con lo del ciruja se les fue la mano. El pibe dormía en la puerta desde hacía cinco años. ¿Qué pudo tener que ver con la banda?".

Según consta en el expediente, los delincuentes usaron una escalera extendible desde el edificio vecino al banco para acceder a la central de alarmas y monitoreo.

"No había infrarrojos pasivos -dice en la elevación a juicio, que debía hacerse el 22 de este mes pero se postergó-. Allí abrieron la tapa del gabinete y burlaron el censor magnético, para lo cual se efectuó un puente entre las terminales, lo que provocó que el circuito continuase cerrado a pesar de encontrarse el gabinete abierto y sin tapa. Luego, inutilizaron la sirena cortando los cables de alimentación y sabotearon el sistema. Posteriormente, con los rostros cubiertos por pasamontañas y desviando el enfoque de las cámaras de seguridad, se trasladaron al subsuelo del banco, previo sortear una puerta cuya cerradura posee una clave numérica. Allí forzaron una puerta de rejas mediante la utilización de barretas, ingresaron a la bóveda luego de efectuar otro boquete en una pared y volcaron una caja fuerte oscura, para luego, tras ejercer violencia sobre la cerradura de otra puerta de rejas, cuya apertura también lograron, violentar las cajas de seguridad mencionadas, colocando su contenido en distintos bolsos".

El dinero nunca apareció. La banda tampoco. Sólo quedan cuatro acusados y un ex linyera que rechazó un regalo de los ladrones. Una anécdota que contará por el resto de sus días.


Fuente: Infobae