Miguel Navarro Fernández, uno de los detenidos por el doble crimen de Congreso, negó haber estado dentro del auto en el momento en que se efectuaron los disparos el pasado 9 de mayo.
El imputado, de 55 años, padre del presunto tirador Juan José Navarro Cádiz (25), fue indagado hoy por tercera vez por el juez de instrucción Mariano Iturralde y la fiscal Estela Andrades, en el marco de la causa que investiga los crímenes del diputado Héctor Olivares y su asesor, Miguel Yadón.
El abogado defensor de Navarro Fernández, Ramón Arigós, aseguró a Télam que su cliente fue indagado por el delito de "doble homicidio triplemente agravado por alevosía, el concurso premeditado de dos o más personas y por placer".
El acusado declaró que aquella madrugada su sobrino, Juan Jesús Fernández (42), quien en los videos es el hombre robusto que baja del auto Volkswagen Vento tras los disparos, subió a su departamento de Virrey Cevallos 215 y lo despertó diciéndole: "Pasó una ruina conmigo y con Juan José".
Poco después, ambos subieron al auto y fueron al garaje de Bartolomé Mitre 1444 a estacionarlo, motivo por el cual -explicó- ambos quedaron filmado en los videos de ese comercio.
Si bien en la causa hay un testigo que afirma haberlo visto subir al Vento a las 6.15 de la mañana, Navarro negó categóricamente haber ido a plaza Congreso, aclaró que el horario es erróneo y que fue posterior al doble crimen, ocurrido a las 6.51.
Según la versión de Navarro Fernández ante el juez, después concurrió a la casa de su hijo, situada en Montevideo 76, y lo encontró durmiendo "desplomado" en una cama.
"Mi hijo balbuceaba", le dijo al magistrado, tras lo cual explicó que lo cargaron y lo subieron al Renault 19 de la familia y junto a un nieto de 7 años y su mujer se fueron todos a la localidad bonaerense de Escobar, donde se encontró con su sobrino.
Luego se dirigieron a la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay, donde su hijo y su esposa se fueron en un remís para cruzar a Uruguay, mientras que él se quedó con Fernández y su nieto hasta que los detuvieron.
Consultado sobre las cuatro siluetas humanas con impactos encontradas durante un allanamiento en su casa, Navarro Fernández negó que hayan sido utilizadas para practicar tiro al blanco con algún tipo de arma.
"Son dibujos de mis nietos de 8 y 10 años, hijos de mi hija, que viven en España", afirmó el imputado y explicó que los agujeros que tienen son de "un martillo chiquito, como para romper cristales", similares a los que tienen los colectivos en caso de emergencia.
Al respecto, le pidió al juez que realicen una pericia para establecer que no son impactos de aire comprimido.