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El vino no solo se bebe: siete recetas con vino y siete utensilios para disfrutarlo

Septiembre es mes de vendimias, por eso el Cazando Gangas de hoy vamos a dedicarlo al néctar de las uvas y vamos a proponeros siete utensilios para disfrutarlo y siete recetas para utilizarlo, pues el vino no solo es una deliciosa bebida sino que además es un ingrediente perfecto para utilizar en muchas recetas, tanto dulces como saladas.

Domingo, 9 de Setiembre de 2018
La preferencia por una u otra clase de vino, tinto, blanco o rosado, es algo muy personal y depende del gusto de cada uno. Así que escoged la variedad que más os agrade y disfrutad escogiendo cuál es, de entre todos los utensilios que os proponemos, el que más necesitáis o el que os parece que os podría ir bien.

1. Mafaldine al vino tinto

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Para descorchar una botella de vino no hay nada como contar con un buen sacacorchos que nos permita disfrutar de nuestra variedad preferida. Aunque parezca que se trata de una herramienta de lo más común, lo cierto es que hay una amplia oferta de sacacorchos, desde los más sencillos hasta lo más sibaritas, pasando por los más clásicos. Una vez tengáis descorchado vuestro vino preferido os proponemos que lo acompañéis con este delicioso plato de pasta.
    Ingredientes: Mafaldine u otro tipo de pasta larga y ancha 250 g, Cebolleta grande 1, Diente de ajo 1, Laurel 1, Romero fresco en rama 1, Orégano seco o fresco al gusto, Pimentón dulce al gusto, Caldo de pollo o verduras 200 ml, Vino tinto 250 ml, Agua 250 ml, Aceite de oliva virgen extra 30 ml, Pimienta negra molida, Sal, Queso Parmesano o Grana Padano rallado.
    Preparación: Picar la cebolleta y el diente de ajo. Calentar el aceite de oliva en una cazuela amplia y pochar ambos ingredientes con una pizca de sal y la hoja de laurel. Cuando empiecen a estar transparentes, añadir el romero, el orégano, el pimentón, el caldo, el vino tinto y el agua, mezclando todo bien. Incorporar la pasta y un golpe de pimienta negra. Llevar a ebullición y cocer a fuego medio durante unos 8-10 minutos, hasta dejar la pasta al dente y con la salsa reducida. Remover de vez en cuando al final de la cocción. Retirar la hoja de laurel y la rama de romero – si era pequeña es posible que las hojitas se hayan soltado y mezclado con la salsa-. Servir con abundante queso parmesano o grana padano, mejor si es recién rallado, y orégano al gusto.
2. Carrilleras de cerdo al vino tinto



La temperatura a la que se toma un vino es también una cuestión importante, pues servirlo a una temperatura no adecuada puede modificar la percepción del mismo, así que para no equivocarse con ella, lo mejor es disponer de un termómetro especial para ello. Por lo general, los vinos tintos deben presentarse con un margen de temperatura que oscile entre los 16ºC y los 18ºC, los vinos blancos jóvenes secos se toman frescos pero no muy fríos, entre 7ºC y 10ºC, para disfrutar de sus aromas de fruta y para los vinos rosados se recomienda que la temperatura de servicio esté entre los 6ºC y 8ºC.
    Ingredientes: Carrilleras de cerdo 6, Cebolla 1, Dientes de ajo 2, Pimiento rojo 1, Pimiento verde italiano 1, Zanahoria 2, Vino tinto (de la mejor calidad posible) 500 ml, Caldo de carne 500 ml, Harina de trigo, Sal, Pimienta negra molida, Aceite de oliva virgen extra.
    Preparación: Partimos de unas carrilleras sin hueso ni grasa, bien limpias. Podemos pedir a nuestro carnicero que nos las prepare o hacerlo nosotros en casa. Por lo general se comercializan sin hueso así que, si no nos las limpian en la carnicería, tendremos que retirar los restos de telillas y grasa externa con un cuchillo afilado. Salpimentamos las carrilleras por ambos lados y las pasamos por harina, sacudiendo entre las manos para retirar el exceso. Calentamos un poco de aceite en una olla a presión y marcamos las carrilleras a fuego fuerte. Retiramos y reservamos. Lavamos bien los pimientos, los vaciamos y picamos en trozos pequeños, pero sin necesidad de que sea una brunoise. Pelamos los dientes de ajo, las cebollas y las zanahorias y picamos estas dos últimas verduras. Calentamos un poco más de aceite en la olla y pochamos todas las verduras durante 10 minutos. Regamos con el vino tinto y dejamos reducir, a fuego fuerte, para que se evapore el alcohol. Incorporamos las carrilleras y el caldo de carne, ajustamos el punto de sal y pimienta, y cocemos con la válvula en la posición 2 durante 20 minutos. Apagamos y dejamos que salga todo el vapor antes de abrir la olla. Si no tenemos olla a presión, o no queremos usarla, podemos usar una cacerola tradicional y dejar que se cuezan a fuego suave durante un mínimo de 1 hora y media. Comprobaremos el punto de vez en cuando y cortaremos cuando las notemos tiernas. En cualquier caso, cuando las carrilleras estén listas las retiramos de la olla o cacerola y trituramos bien las verduras para hacer la salsa. La pasamos por un chino o colador y la devolvemos a la olla para darle un último hervor y dejar que coja cuerpo y espese si fuera necesario. Servimos las carrilleras con la salsa por encima.
3. Estofado de ternera al vino tinto en Crock Pot



Para conseguir esa temperatura ideal a la que hacíamos referencia anteriormente, lo mejor conseguirla de modo gradual, por lo tanto está totalmente desaconsejado meter la botella de vino que vamos a degustar en el congelador. Si se trata de un blanco, rosado o cava, debemos que ponerlo en la nevera unas horas antes de servirlo. En la mesa, la mejor opción para conservarlo fresco, es una cubitera con agua y hielo o bien con una práctica funda enfriadora con termómetro.
    Ingredientes: Ternera para estofar en dados 500 g, Cebolla 1, Puerro 1, Zanahoria 1, Tomate 1, Caldo de carne concentrado 1, Sal, Pimienta negra molida, Vino tinto 150 ml, Maizena express 15 g.
    Preparación: Pelamos la cebolla, la cortamos por la mitad y cada mitad en finas tiras (en juliana). Retiramos la parte verde del puerro (que podemos reservar para otras elaboraciones) y cortamos la parte blanca en dos, longitudinalmente. Picamos el puerro y lo lavamos bien para retirar los resto de tierra que pueda contener. Lavamos y pelamos la zanahoria y la cortamos en discos. Lavamos el tomate y lo cortamos en cuartos. En la cazuela de la crockpot colocamos todas las verduras, comenzando por la cebolla que hará de base, y las salpimentamos al gusto. Sobre las verduras colocamos la ternera en dados, la espolvoreamos con la pastilla de caldo de carne y regamos con el vino tinto. Tapamos la cazuela y programamos seis horas a temperatura baja. Transcurrido este tiempo, removemos el estofado y lo espolvoreamos con la maizena express. Programamos la crockpot de nuevo una hora más y a alta temperatura. No hace falta tapar la cazuela, pues lo que queremos es que la salsa espese y tome consistencia. Servimos inmediatamente con una guarnición de puré de patatas, arroz en blanco o similar.
4. Salchichas al vino



No hace falta ser un enólogo profesional para ser un experto en vinos, si os gusta disfrutar de un buen caldo y queréis saber cómo extraerle todo el jugo, lo mejor es que os hagáis con un set para degustación de vino como este que os proponemos y que está compuesto de un aireador de vino, un termómetro adaptable, un escanciador morado y un juego de 8 marcadores de copas. ¡A disfrutar!
    Ingredientes: Cebolla 100 g, salchichas de carne de cerdo 4, Vino blanco 100 ml, Aceite de oliva virgen extra 15 ml, Sal, Pimienta negra molida.
    Preparación: Pelamos la cebolla y la cortamos en juliana. Calentamos un poco de aceite de oliva virgen extra en una sartén y la pochamos a fuego muy suave durante unos 10 minutos. Si lo hacemos con la tapa puesta, la cebolla sudará más rápido por efecto del vapor y quedará muy jugosa. Salpimentamos al gusto, pero con prudencia pues el vino y las salchichas aportarán mucho sabor a plato. Una vez esté pochada la cebolla, incorporamos el vino y subimos el fuego. Dejamos que se evapore el alcohol durante un minuto o dos antes de incorporar las salchichas. Las volteamos para que se doren por todos lados, bajamos el fuego y dejamos cocer, con la sartén tapada, durante unos 25-30 minutos antes de retirar y servir.
5. Mermelada de vino tinto



Para poder disfrutar en su totalidad de ciertos vinos, lo mejor es decantarlos y oxigenarlos previamente, para eliminar los posibles sedimentos que pueda haber, sobre todo en vinos de maduración prolongada, o para airearlo y conseguir que se evaporen aromas desagradables, como el olor a humedad. Para ello, lo mejor es que os hagáis con un buen decantador.
    Ingredientes: Vino tinto 200 ml, Azúcar 100 g, Cobertura para tara en polvo 8 g.
    Preparación: Empezamos poniendo en un cazo a fuego medio 150 ml de vino y el azúcar. Aparte, disolvemos la cobertura para tarta en el resto de vino, removiendo bien para que se integren. Cuando el azúcar este casi disuelto, añadimos la mezcla de vino y cobertura. Removemos, llevamos a ebullición y casi a continuación (espesa muy rápidamente) retiramos del fuego y lo guardamos en un tarro de cristal. Cuando haya enfriado completamente lo guardamos en la nevera.
6. Chorizo al vino



¿Y qué me decís de este estuche con 88 aromas? Aunque su precio algo elevado lo hacer solo apto para verdaderos sibaritas del vino, me ha gustado por lo completo que resulta, pues prácticamente reúne todos los aromas asociados con el vino y nos ayudará a distinguirlos y a aprender a identificar los distintos componentes de casi cualquier caldo: vinos espumosos, licorosos, blancos y tintos del mundo entero.
    Ingredientes: Chorizo oreado o similar fresco 4, Hierbas provenzales o laurel 5 g, Vino blanco 200 ml, Agua 50 ml.
    Preparación: Poner una cazuela al fuego y añadir los chorizos enteros, ligeramente pinchados. Dejar que empiecen a soltar aroma sin tostarse mucho, añadir las hierbas, apartar del fuego y cubrir con el vino y el agua. Llevar a ebullición, tapar, bajar el fuego y dejar cocer suavemente durante unos 30-40 minutos, removiendo de vez en cuando. Sacar con cuidado cada chorizo, cortar en rodajas no muy finas y devolver a la cazuela. Dejar reposar unos pocos minutos antes de servir, en la misma cazuela o en otra fuente, mejor de barro.
7. Pastel de chocolate y vino tinto


mente una botella de vino u airearla antes de servirla, lo es también conservarla bien cerrada para evitar que el vino pierda todos sus aromas. Lo mejor para conseguirlo es hacerse con una bomba de vacío, facilísima de usar y con la que vuestras botellas quedarán selladas hasta la próxima vez.
    Ingredientes: Harina de repostería 185 g, Azúcar 175 g, Cacao en polvo sin azúcar 25 g, Bicarbonato sódico 8 g, Sal 2 g, Café soluble descafeinado (opcional) 5 g, Aceite de girasol 60 ml, Esencia de vainilla 5 ml, Vino tinto 240 ml, Nata líquida para cocinar para la cobertura 80 ml, Vino tinto para la cobertura 20 ml, Chocolate negro para la cobertura 110 g.
    Preparación: Precalentar el horno a 180ºC y preparar un molde de unos 22 cm de diámetro, mejor si es de fondo desmontable. Engrasar con aceite o mantequilla y espolvorear con cacao en polvo, sacudiendo el exceso. Tamizar en un recipiente mediano la harina con el cacao en polvo, el bicarbonato sódico, el café y la sal. Añadir el aceite de girasol, el vino tinto y la esencia de vainilla. Mezclar con unas varillas con movimientos suaves hasta tener una masa homogénea. Verter en el molde, dando unos golpecitos para igualar la superficie y romper las burbujas más grandes que surjan. Hornear durante unos 25-30 minutos, vigilando hacia al final de la cocción para que no se pase demasiado. Esperar unos minutos fuera del horno antes de desmoldar y dejar enfriar completamente sobre una rejilla. Para la ganache, calentar en un cazo la nata con el vino, mezclando con unas varillas. Justo antes de que rompa a hervir añadir el chocolate troceado, retirar del fuego y mezclar muy bien hasta tener una crema homogénea. Dejar que se enfríe al menos 20 minutos. La ganache tiene que estar todavía cremosa pero no muy líquida, y hay que usarla cuando el bizcocho esté frío. Cubrir repartiendo bien la crema, dejando que caiga por los bordes de forma natural para darle un aspecto algo rústico. Se puede añadir más ganaché al gusto dejando una capa más gruesa. Esperar a que se seque un poco antes de servir o reservar en la nevera.