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Argentina, en el fondo del ranking del índice MSCI: cómo afectará a las inversiones en dólares

El país tendrá que esperar al menos un año más para mejorar su categoría de mercado. Analistas advierten qué implica la decisión de MSCI

Miercoles, 25 de Junio de 2025

La decisión de MSCI de mantener a Argentina en la categoría de mercado "standalone" (la más baja posible) cayó como un baldazo de agua fría en sectores del mercado que, aunque con expectativas moderadas, esperaban al menos una revisión de la clasificación. Esto frena la posibilidad de que fondos internacionales repliquen activos argentinos, postergando el ingreso de inversiones de corto plazo.

En los días previos, las acciones y bonos argentinos en dólares mostraron cierto repunte, en parte por contagio de Wall Street y en parte por especulación ante un posible anuncio favorable. Sin embargo, fuentes del Ministerio de Economía aseguraron que el Gobierno "no tenía expectativas reales" de una mejora en esta revisión, aunque el mercado seguía atento al comunicado oficial de MSCI.

Economistas como Gabriel Caamaño explicaron que una reclasificación a "mercado de frontera" o "emergente" hubiese generado un flujo adicional de entre US$2.000 y US$3.000 millones, especialmente hacia acciones, lo que habría implicado mayores cotizaciones, más liquidez y menores tasas de interés, iniciando un "círculo virtuoso".

El equipo de IEB y otros analistas remarcaron que, si bien esta decisión posterga esa vía de entrada de capitales, no impide que lleguen fondos del exterior por confianza u oportunidades específicas.

Desde Aurum Valores y Guardian Capital coincidieron en que una mejora como la lograda durante la gestión de Mauricio Macri puede tardar años, incluso con señales positivas como la flexibilización del cepo. También apuntaron que muchos fondos institucionales tienen estatutos que prohíben invertir en países fuera del índice, lo que limita el ingreso de capitales hasta una futura mejora de categoría.

En resumen, el mercado absorbe el golpe sin derrumbes drásticos, pero con una señal clara: la vuelta al radar de los grandes inversores internacionales todavía está en pausa.