En un gesto que marca una importante distensión en la guerra comercial, Estados Unidos y China firmaron este lunes un acuerdo para reducir significativamente los aranceles recíprocos que se habían impuesto desde el inicio del conflicto impulsado por el presidente Donald Trump. El pacto establece una rebaja del 115% en los aranceles mutuos durante un período inicial de 90 días, con el objetivo de avanzar hacia una solución definitiva.

Según detalló el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, las importaciones chinas pasarán a pagar un arancel del 30%, mientras que los productos norteamericanos tributarán un 10% en su ingreso a China. "Hubo una clara voluntad de avanzar por parte de la delegación asiática", destacó Bessent tras dos días de negociaciones.

Ambas naciones también acordaron implementar un mecanismo de consulta bilateral que evite nuevas escaladas comerciales como las que afectaron al comercio global en los últimos meses.

El alto representante comercial Jamieson Greer aseguró que se logró "un progreso sustancial" y destacó que "las diferencias quizás no eran tan grandes como pensábamos". Además, reveló que durante las reuniones, por primera vez se abordó con franqueza la crisis del fentanilo en EE.UU. y que China mostró un "compromiso sorprendente" para combatir la producción y exportación de los precursores químicos del opioide.