Con los programas PPP golpeados por el alza del riesgo país, la Nación impulsa que los gobernadores se financien con organismos internacionales de crédito
Con el freno al programa de participación público-privada (PPP) para financiar nuevos proyectos de obras públicas , al Gobierno le interesa más que nunca que las provincias inviertan en infraestructura, en especial por su impacto sobre el empleo. En esa línea no solo aprueba, sino que impulsa que los gobernadores busquen financiamiento en organismos internacionales. Incluso hay créditos disponibles que no tomará la administración central.
Esta semana, frente a la fuerte suba del riesgo país, el asesor presidencial Gustavo Lopetegui y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne , anunciaron al gobernador mendocino, Alfredo Cornejo, que los US$1200 millones de la represa hidroeléctrica Portezuelo del Viento se financiarán con recursos nacionales y no por PPP.
El sistema de PPP era clave para sostener los niveles de inversión en infraestructura en todo el país. El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich , precisó que ahora quedarán supeditados a que se "normalice" el rendimiento de los bonos argentinos. De todos modos, afirmó que el programa de obras para 2019 "no se modifica en lo más mínimo".
En diálogo con LA NACION, Alejandro Caldarelli, secretario de Provincias y Municipios del Ministerio del Interior, afirmó que "muchos gobernadores están asumiendo préstamos con organismos internacionales para obras de infraestructura; aprovechan que son líneas de financiamiento barato. Por las restricciones presupuestarias que enfrenta, la Nación dejó ese espacio, pero las provincias pueden tomarlo".
Un caso concreto es el del cordobés Juan Schiaretti, quien en la última semana consiguió créditos por US$150 millones para la construcción de cloacas y acueductos. El Fondo de Financiamiento de Proyectos en Países en Desarrollo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo lo financió a 24 años con cuatro de gracia al 3% anual.
El mismo fondo, a comienzos de año, financió US$50 millones a San Juan para la construcción de un acueducto que permitirá abastecer de agua potable a 1,3 millones de personas. Santa Fe es otro distrito que sondea alternativas internacionales.
El chaqueño Domingo Peppo -en cogestión con la Nación- logró US$47 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para hacer pavimento urbano y obras complementarias en nueve localidades. El entrerriano Gustavo Bordet proyecta obras con financiamiento del Fondo Financiero para el Desarrollo de los Países de la Cuenca del Plata (Fonplata), a la vez que sondea posibilidades en China.
La expectativa de la Nación es que las provincias en mejores condiciones financieras reemplacen parte de la inversión en obra pública que realizaba la administración central. "Mejoró la calidad del gasto; los corrientes antes crecían y ahora se redujeron, lo que implica una gestión más eficiente y un esfuerzo por parte de los distritos", insistió Caldarelli.
Ya en medio de la discusión por el presupuesto, desde Interior se planteó que -para mantener la inversión en infraestructura- la Nación saldrá como garantía de las provincias para facilitarles el acceso a los programas de préstamos subsidiados con financiamiento de organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo o el Banco Mundial.
"No es que sobra financiamiento; hay que trabajar arduo porque es complicado. No es solo cuestión de decisión", apuntó el ministro de un distrito con un acuerdo cerrado.
Caldarelli destacó que en los tres años de gestión, junto a los gobernadores, lograron resolver algunos de los puntos más problemáticos de las finanzas provinciales. Confió en que en 2019, por su mejor situación fiscal, muchos distritos podrán aumentar la inversión en obra pública financiándose con organismos internacionales.
"La Nación concretó una devolución de ingresos pero, además, mejoró la calidad de gasto por parte de responsables de cada distrito", afirmó, y planteó que hay distritos que incluso sobrecumplieron las exigencias de la ley de responsabilidad fiscal y que la mayoría termina el año sin déficit.
La mayoría de las provincias hoy presenta un resultado corriente positivo por lo que, de acuerdo con la ley de responsabilidad fiscal, deberán mantener su gasto corriente constante en términos reales, pero tendrán margen para aumentar su gasto de capital por arriba de la inflación.
Las finanzas provinciales cierran el año mejor paradas que la Nación. Siete provincias pasaron de tener déficit en 2017 a superávit, mientras que cinco continúan con rojo financiero pero más bajo. Otras nueve siguen con superávit financiero, varias con un alza significativa. Los datos son parte de un informe del Ieral.
Con datos oficiales al primer semestre, solo cuatro distritos registraron déficit financiero. Es una mejora considerable porque el año pasado fueron 21 y 16 en promedio en el período 1983-2018. Además de mejorar los ingresos propios, las transferencias automáticas de la Nación crecieron este año en términos reales en todas las provincias.