Detrás de las compras en "cuotas sin interés" coexisten muchos costos implícitos. Estas son las claves para descubrir esos "secretos" y no ser engañado.
Con la economía argentina en recesión, los comercios tienen la necesidad de impulsar el consumo ofreciendo alternativas tales como las clásicas cuotas sin interés y el plan Ahora 12.
Del otro lado del mostrador, con una inflación internanual que supera el 50% y la correspondiente pérdida del poder adquisitivo, encontrar la posibilidad de financiar una compra en cuotas interés pueda resultar, ciertamente, una tentación.
En este marco, a muchos se nos presenta el interrogante sobre si realmente se trata de "cuotas sin interés" y en todo caso cuál es el "secreto" que esconden.
Para despejar estas dudas, en este artículo de iProfesional te contamos cuál es la verdad detrás de las cuotas sin interés y aportamos algunas recomendaciones para que puedas financiarte mejor.
Ciertamente, comprar ahora y pagar en cuotas, o visto desde "el otro lado", prestar ahora y recibir luego en partes, implica un plazo de tiempo que en términos de dinero contiene un interés correspondiente.
Ese interés, que cobra el banco, en la mayoría de los casos es trasladado al consumidor, aunque a veces es absorbido por el comercio.
Asimismo, los bancos y/o emisoras de tarjetas de crédito también obtienen beneficios a través de los cargos por renovación anual, interés por financiación (si no abona la totalidad), interés punitorio (si no paga el mínimo), seguro de vida por el saldo, gastos administrativos, etc.
Por otro lado, los comercios, por el uso del posnet, abonan un 3% de comisión a las entidades financieras y/o las tajetas. También deben esperar un plazo de varios días para recibir los fondos por las ventas financiadas por tarjetas de crédito.
No son pocos los que se sienten atraídos al escuchar que pueden financiarse sin pagar cargo alguno, aunque bien puede no ser tan así ya que las tarjetas aplican otros cargos que no se limitan a la tasa de interés.
En efecto, los avisos que rezan "cuotas sin interés" suelen tener al lado una aclaración pequeña que contiene una sigla clave para el consumidor: CFT.
El CFT (costo financiero total) es la verdadera carga financiera de una deuda.
Es decir que aunque no se le cobre una tasa al cliente, este deberá pagar un "extra" por el uso del servicio del plástico.
Entre los componentes más destacados del CFT se encuentran:
- La tasa de interés básica (TNA): la que determina la cuota pura.
- Gastos de Otorgamiento: un monto que puede ser fijo o un porcentaje sobre el total del crédito.
- Gastos de Administración: suele aplicarse mensualmente con el cobro de la cuota.
- Seguro de Vida: se va estableciendo mes a mes sobre el saldo de la deuda, por lo que su valor tiende a ser decreciente.
- IVA: como consumidor final, tendrás que abonar este impuesto sobre los intereses de cada mes.
- Cancelación Anticipada: en caso de que el banco te permita esta opción, se aplicará este recargo por única vez al momento de concretar el pago.
- Productos Adicionales: a veces el banco obliga al cliente a contratar otros productos/servicios al acceder a financiar su deuda.
Generalmente, el número que publicitan los comercios en grande indica sólo la tasa de interés (que, desde luego, tiene su importancia). Pero lo que el consumidor terminará pagando por su compra en cuotas es lo que indique el CFT, aunque la tasa sea "0%".
En este marco es que el régimen de transparencia del Banco Central de la República Argentina (BCRA) establece que las entidades financieras informen el CFT máximo que pueden llegar a cobrar por sus diferentes productos.
Es tal la importancia del CFT para que el usuario pueda evaluar una decisión de crédito o financiamiento que, desde hace años, el BCRA viene impulsando una serie de medidas obligatorias para que las entidades financieras expongan este indicador en una letra considerable en los anuncios y publicidades.
La premisa de "cuotas sin interés" implica generalmente que, independientemente si se compra o no en cuotas, el precio del producto tiene incluido un promedio de los intereses en base a los consumidores que eligieron o no pagar cuotas.
Por ejemplo, un producto que tiene un valor de lista de $1.100, se ofrece en realidad a un precio de $1.200 hasta en 12 cuotas "sin interés" de $100.
Pero no todos compran en 12 cuotas sin interés (algunos lo hacen en menos cuotas y otros inclusive pagan al contado).
En este caso, salen beneficiados aquellos usuarios de tarjetas de crédito que al comprar en cuotas "sin interés" acceden a tasas subsidiadas por quienes pagaron al contado.
Los consumidores que abonaron al contado, o en menos cuotas, son los más perjudicados en estas operaciones.
En este punto hay que destacar que este segmento en muchos casos es ocupado por personas de bajos recursos que no tienen acceso a tarjetas de crédito. Por ende, cuando tienen que hacer compras relativamente grandes solicitan préstamos personales a entidades privadas con tasas de interés muy elevadas.
Estas personas, entonces, pagan doble interés: uno explícito por el préstamo y otro implícito, subsidiando a quienes acceden al sistema "sin interés"
En Argentina los costos financieros son muy elevados, entonces los comercios tienen que hacer un enorme esfuerzo para absorber ese costo y poder brindarle al consumidor las cuotas sin interés.
También el plazo de acreditación para ventas con tarjetas de crédito y débito es sumamente extenso (18 días hábiles), situación que al comercio le representa tanto un esfuerzo como un costo de financiamiento.
Según la Cámara Argentina de Comercio, este plazo es hasta 14 veces mayor que el de otros países de la región, generando un claro perjuicio al comercio, al disponer los bancos de una transferencia de fondos del sector.
Es cierto que el comercio, como sucede muchas veces, también tiene la opción de trasladar esos costos financieros al consumidor final. Sin embargo, en el actual contexto recesivo, esa acción podría ir en detrimento del propio negocio ya que podría afectar a la demanda, por eso es que algunos comerciantes prefieren absorber los costos financieros a cambio de ofrecer cuotas sin interés al cliente.
Hay que aclarar que el sistema "Ahora 12" también incluye intereses en las cuotas, aunque la tasa en este caso es subsidiada por el Estado y por lo tanto el costo financiero es menor.
En este sentido cabe mencionar que, por ejemplo, si un comercio ofrece "3 cuotas sin interés", significa que el precio de contado se divide por 3 y el resultado de esa división es lo que deberíamos pagar mensualmente, durante 3 meses.
En algunas circunstancias esto es cierto (como en la compra de pasajes).
Pero en muchos otros no es así. Por ejemplo, cuando un consumidor busca comprar un bien, ya sea un electrodoméstico, una bicicleta, ropa, un mueble, la mayoría de las veces se encuentra con un precio de pago por descuento y otro de lista (que se puede abonar en "cuotas sin interés").
Sin embargo en la realidad puede tratarse que el precio real suele ser es el de pago en efectivo (que suele presentarse con un descuento) y el de lista, que es más alto, incluye un recargo encubierto para las compras con tarjeta de crédito.
En épocas donde la inflación sigue alta y el sueldo a veces no alcanza, puede que no se llegue a pagar la totalidad del resumen de la tarjeta de crédito.
En ese caso, aparece la posibilidad de saldar solo el pago mínimo y de esa forma financiar la deuda restante para más adelante.
En este marco, cabe aclarar que no todos los bancos cobran las mismas tasas de interés para las tarjetas de crédito. Según los últimos datos proporcionados por el BCRA, la tasa efectiva anual (TEA) que cobra cada banco emisor de tarjetas de crédito en Argentina, varía entre el rango del 63% y 224%, con una tasa promedio del 131%.
Si bien la TEA no incluye todos los gastos que el usuario abonará en sus cuotas, este indicador sirve para conocer cuál es el total de intereses que nos cobrará el banco por el uso de la tarjeta de crédito.
En este artículo de iProfesional podés encontrar los 10 bancos que operan en Argentina con la TEA más baja para las tarjetas de crédito.
Hay diversas legislaciones y reglamentaciones que tratan de poner orden y transparentar el uso de las cuotas sin interés y las tarjetas de crédito.
Desde febrero de 2018 rige una reglamentación que indica que debe publicarse el precio del producto bajo la forma de pago "Contado", que implicaría ser abonado en efectivo, débito, o tarjeta de crédito en 1 pago. Si el comercio vende en cuotas, además debe informar el valor de éstas y el CFT. En caso de que el comercio desee vender en cuotas sin interés, debería absorber los costos financieros correspondientes.
También el artículo 37 de la Ley de tarjetas de crédito especifica que el comercio está obligado a no efectuar diferencias de precios entre operaciones al contado y con tarjeta.
La Ley N° 5008 de la Ciudad de Buenos Aires, por su parte, establece una obligación similar: no efectuar distinciones en transacciones pactadas en cash y con tarjeta, ya sea de crédito o de débito.
Sin embargo, muchas de estas normativas no se aplican en su totalidad por diferentes razones.
Más allá de lo que pueda decir la publicidad o el cartelito con el precio del bien que se desea adquirir, debe tenerse bien en claro que toda compra con tarjeta tiene su costo (salvo que el CFT sea "0").
En este sentido, además, hay que tener cuidado con el "efecto acumulación", ya que el elevado monto del resumen puede obligar a tener que optar por el pago mínimo o por una cancelación parcial.
En estos casos, los elevados intereses terminan anulando las ventajas que se perseguían con la compra y, peor aun, se puede entrar en un círculo vicioso de deudas, del que puede costar muchos salir.