La reunión del ex banquero central con Cristina desembocó en versiones de la salida de Miguel Pesce.
La visita de Martín Redrado a Cristina desató una nueva ola de versiones sobre la salida de Pesce del Banco Central, la tibia suba de tasas de ayer abonó en este sentido de que vuelven a chocar Guzmán con Pesce en un contexto en el que el dólar blue se acelera otra vez y las reservas no dejan de caer.
La reunión entre Cristina y Redrado ocurrió semanas atrás y este viernes trascendió que fue la vicepresidenta la que lo invitó a un discreta reunión en el Anexo del Congreso para pedirle su lectura sobre la economía actual. Por lo que se esperaba que este fin de semana en Olivos se resolviera el reemplazo de Miguel Pesce.
Para desmentir estas versiones, Guzmán salió públicamente con una foto en twitter y un mensaje que enfatiza la unidad: "El equipo económico trabaja unido bajo la conducción del Presidente @alferdez con un objetivo común: que la Argentina crezca y se estabilice".
En Olivos también generó algo de ruido que se volviera a cuestionar el equipo de económico a raíz de una reunión de la vicepresidenta. "La agenda de Cristina es de Cristina y el presidente es Alberto Fernández", sintetizaron en el entorno de Pesce donde los rumores de salida del presidente del Banco Central se volvieron parte de la cotidianeidad.
La explicación que dan es que hay grupos interesados en devaluar y para ellos se valen de cualquier situación para promover un clima que cuestione al banquero central.
Desde afuera, la fuerza de una figura como la de Redrado puede parecer un cheque con el que comprar tiempo y confianza, pero también se despiertan dudas acerca del interés del ex banquero central por agarrar "una papa caliente" casi sin recursos. "La lógica es que un nuevo banquero central entra después de que el anterior ya devaluó, no antes de una devaluación", resumió una fuente consultada.
Martín Redrado: "No veo un escenario de hiperinflación"
"Sería una locura, tiene todo para perder y además va a ser para desgastarse con Guzmán porque cuando la macroeconomía está tan complicada, las buenas noticias son pocas y las malas, muchas. Es todo desgaste", dijo otro analista financiero.
Entre los incrédulos sobre la salida de Pesce también están los que no simpatizan con el titular del Banco Central, pero no le ven conveniencia a un cambio de nombres que propicie más incertidumbre. Sus argumentos son pragmáticos y van por el lado de un equilibrio de fuerzas en el que los integrantes del Directorio del Banco Central juegan más a favor de los lineamientos de Guzmán e incluso los de Redrado -el vicepresidente segundo por ejemplo ingresó al organismo con él y hoy tiene una excelente relación con Guzmán- que de los de Pesce; lo que en la práctica hace que las discrepancias personales ente el ministro y Pesce se diluyam. Y en especial, se remiten a los hechos: el mercado cambiario sigue actuando bajo la lógica de acompañar la inflación que defiende Guzmán. "Va a hacer dos meses que no vuelven a mencionarse nuevas restricciones al mercado de capitales, los resultados ya los vimos", acotaron.
Fuente: La Política On Line