Argentina no queda exenta de posibles consecuencias de un acuerdo para el Brexit en Europa
Reino Unido y la Unión Europea dieron el primer paso en un preacuerdo para concretar el Brexit, la salida de los ingleses de la UE. Y si bien esas negociaciones están del otro lado del Océano Atlántico, Argentina no está exenta de sufrir las consecuencias de un cambio importante para esa región.
Por un lado, cabe la posibilidad de que se debilitarían los flujos comerciales, financieros y las inversiones que proyectaban recibir los países en vías de desarrollo para los próximos años, y Argentina claramente no queda fuera de este esquema. Esto no es un dato menor para un país como el nuestro que necesita de inversiones privadas.
Los analistas internacionales tampoco descartan que el efecto del Brexit genere a nivel internacional, una crisis financiera similar a la de los años 2008-2010, y Argentina que se encuentra en un escenario tan débil respecto de su moneda y su política cambiaria, sería presa fácil del caos financiero.
Al mismo tiempo, se acaba la previsibilidad en los mercados, por lo menos en lo que al mediano plazo se refiere, y eso complica el escenario económico para la administración de Mauricio Macri que, precisamente, lucha desde hace 3 años por normalizar y dar seguridad al mercado cambiario nacional.
Otra variable es la caída del euro frente al dólar, lo que podría afectar las exportaciones nacionales hacia el bloque europeo, o los embarques de fruta hacia ultramar, principal destino de las colocaciones de pomáceas del Valle de Río Negro y Neuquén.
Habrá que ver también las cotizaciones finales de los granos, en especial en la soja, sobre la que el Estado recauda millones para su caja y una caída en la cotización del precio internacional de la oleaginosa repercutirá en los ingresos fiscales del gobierno. Esto también depende de las consecuencias del Brexit.
Llamados de atención son muchos, pero cada uno habrá que ir analizándolo a medida que Londres y la Unión Europea avancen hacia el fin definitivo. El primer paso está dado, y eso ya es mucho.
Fuente: El Intransigente